Críticas Discos

Michael Paul Hinson es uno de esos artistas que me desarman por completo. Su música, sus canciones… resquebrajan mi alma para luego reconstruirla. Lo hacen lentamente, a ritmo de vals, siempre de manera indolora, siempre rescatándome de algún percance emocional de esos que me llevan al más profundo de los agujeros desde donde cuesta salir indemne. Su historia es bien curiosa y turbulenta, le ha pasado de todo, de lo bueno y de lo malo, es por eso que con tan solo 33 años Micah parece un anciano, un sabio poeta, un antiguo trobador folk. Su voz extraña y cansada parece querer confirmarnos su edad avanzada pero su imberbe cara le delata a pesar de que sus ojos parece que quieren explicarnos el tortuso camino que ha pasado desde su Memphis natal, pasando por Abilene hasta llegar a nuestro país. Sí, habéis oído bien, le encanta nuestro mediterráneo tanto que últimamente sus músicos de sesión han nacido en estas tierras, las nuestras. Hinson antes de cumplir los veinte años ya estuvo en la cárcel debido a sus adicciones químicas y la falsificación de recetas, luego fue homeless a jornada completa y más tarde esclavo del telemarketing lo que le permitió ganar algún dinero y establecerse en un motel donde a partir de viejos instrumentos que allí encontró pudo escribir más de 30 canciones de las cuales algunas de ellas formaron parte de su debut discográfico en el 2005, aquel inolvidable y muy recomendable por los siglos de los siglos «…and the Gospel of Progress». Encontrábamos en este notabilísimo debut joyas como «Close your eyes» y «Stand in my way» pero realmente la canción que hizo que me enamorase de la música de Hinson fue «Beneath the rose». Obra maestra de nuestros días. A pesar de ser un gran disco aún suena timorato, Micah no acaba de sentirse agusto ni encontrar del todo su sonido, su estilo, aunque éste se va perfilando a pasos agigantados.

Al año siguiente su creatividad entra en efervescencia y tenemos Micah por partida doble. El fabuloso EP «The Baby and the Satellite» y «…and the Opera Circuit». Un disco tremendo. No sé si mi favorito pero sí el que acabó por engatusarme de por vida. La estética de las portadas y los títulos de los LPs ya son marca de fábrica, así como sus estrambóticas gafas y su voz rasgada que baila al compás de un vals eléctrico del siglo veintiuno. La banda que lleva en este disco Hinson es increíble y claro, ese banjo me hechiza. En mi memoria aparecen habitualmente canciones de este gran disco. Suenan en mi cabeza donde Hinson sólo toca para mí maravillas como «Diggin a grave», «Jackeyed», «I’ve been so long», «Letter from Huntsville», «She don’t own me», «Little boys dream»… Ya digo, mi disco favorito de Micah. En 2008 Hinson aparece con «… and the Red Empire Orchestra» que pugna con su anterior disco por ser mi favorito. Es otro discazo. No sé realmente a quién quiero más. Hinson estaba en estado de gracia y aunque es una continuación lógica, el disco tiene su propia personalidad. Allí está ese inicio bonico del to con «Come on quickly, darling», «Tell me it aint so», «When we embraced»… bufff, tremendo, y bueno, es verdad que el disco va perdiendo pistonada con los minutos pero hay joyas, grandes y relucientes joyas, como «Throw the Stone», «You will find me», y «We won’t have to be lonesome». En 2009 llega otro Ep: «The surrender» y un disco espléndido de versiones «All dressed up and smelling of strangers» que nos abrió el apetito para nuevo material que llegó en 2010. Tenía ganas de «..and the Pioneer Saboteurs» y de entrada me decepcionó un poco, un algo pero no mucho. A estas alturas me sabía todas sus canciones, le había visto en concierto varias veces: en pequeño formato, en acústico, electrificado… Y siempre he tenido la impresión que le va mejor el pequeño formato acústico donde su voz y sus composiciones lucen más. Este «Saboteurs» sonaba o quería sonar más accesible aunque siempre fiel a su estilo y principios. Al final acabé rendido a sus pies, cómo no hacerlo con «Sweetness», «2s and 3s», «The striking before the store», «My God, my God», «Stuck on the job»… Fantástico, como no.

«…and the Nothing» es el extraordinario nuevo disco entregado por Micah P Hinson en este optimista 2014. Hinson, el perfecto cantante imperfecto, nos deleita con una nueva colección de canciones. Una maravilla más pues no es que no tenga disco malo, es que no tiene ninguno que baje del sobresaliente. Es verdad, no os miento, que al escuchar «How are you just a dream» me quedé de pasta boniato. Sorprendido, casi escandalizado. No porque la canción sea mala, porque es sublime, sino más bien por lo inesperado de una distorsión rocanrolera de aquí te espero bonita. Yo esperaba tristeza y melancolía mimosín y me encuentro con esto, zasca! Está bien como comienzo, no habría donde ponerla en otro momento pero si el inicio hubiese sido «On the way home (to Abilene)» pues me hubiese enamorado del disco de primeras, aunque aquí también hay un locuelo final ruidoso y distorsionado. «Qué dolor de oídos!» dice una vocecilla femenina al final. Sí, es verdad, pero la canción es bonica del to. El inicio de la canción es delicioso, la percusión atormentada acompaña de la mano al precioso piano, y la voz de Micah nos da calor como una buena manta en invierno. El vals típico de Micah llega con la ensoñadora «The one to save you now» que nos deja a punto de caramelo para «I ain’t moving». Esto es todo lo que necesito. Esas notas al piano… esa sencillez, esa belleza…. Canción de esas que te dejan el corazón hecho un guiñapo, una de las mejores del paquete. Este es el Hinson que me gusta!…. «One and two, and one two three four….«. Sí, «la misma vieja mierda una y otra vez»… «The same old shit» es el tema que escucho compulsivamente, es una pasada, muy Cash, tanto en las guitarras, como en la composición como en su puñetera intención. El disco no para de crecer y crecer, cosa que la percusión y el delicioso contrabajo de «The life, living, death..:» no dejan de indicarnos. Qué temazo! como se puede cantar así? qué locura! y la guitarrita final, qué? Ostias, qué lujo! qué despiporre! Y la cosa sigue, pero yo no voy a seguir desmenuzando que me repito más que el ajo. De lo que queda que ya os digo que es la monda lironda me encanta por supuestísimo uno de los mejores temas del disco, ese «Sons of the USSR» que es pura poesía, el banjo locuelo de «There’s only one name» que recuerda a Cash en las sesiones del Nashville Skyline Dylaniano, la delicadeza de «The Quill» que si la coge Rufus o el señor Iver… , y claro, «Love, wait for me» que es una pequeña genialidad cincuentera. A todo esto os digo que el disco gana a cada escucha y que seguro que estará entre mis predilectos del año. Top Ten seguro, claro que mi objetividad es nula porque yo soy fan de este señor hasta la trancas. Discazo terrícolas, discazo.

Micah P Hinson: «..And the Nothing» (2014)
8,5/10
01.- How Are You Just A Dream/ 02.- On The Way Home (To Abilene)/ 03.- The One To Save You Now/ 04.- I Ain’t Movin’/ 05.- The Same Old Shit/ 06.- The Life, Living, Death And Dying, Of A Certain And Peculiar L.J. Nichols/ 07.- Sons Of The Ussr/ 08.- There’s Only One Name/ 09.- God Is Good/ 10.- The Quill/ 11.- Love, Wait For Me/ 12.- A Million Light Years/ 13.- The Crosshairs (Bonus Track)

* post aparecido originalmente en Nikochan Island 


Un comentario

  1. Amigo Nikochan, tenemos zonas comunes infranqueables, y Hinson es una de las plazas fuertes. Este chico ya poco nuevo dirá, y tampoco importa demasiado, personalidad propia y canciones clásicas, a veces lo veo como un Richard Hawley deslabazado y raw a más no poder, otras como a Johnny Cash, y otras a un chaval que tiene la suerte de haber encontrado su lenguaje tan pronto. En directo rezuma la misma actitud. Un día me gustaría que compartíeramos concierto junto con Paco, otro ilustre seguidor de Hinson, como dice él, es de los nuestros. Postarro y discarro. Saludos amigo.

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