Discos Críticas

Reseña y crítica de ‘Metonymy of sound‘ de Johnny B. Zero.

…dicen que Johnny B. Zero es rock para el futuro. Lo que queda claro es que difícilmente pueden encajar estrictamente con alguna escena musical concreta. Su capacidad para experimentar y fusionar estilos acaba resultando deslumbrante…

Con las últimas novedades de Johnny B. Zero me viene a la memoria que no los valoré en su justa medida hasta que pude verles en directo, o que en su momento no presté la debida atención a una maravilla cósmica como “Suicide watermelon stories” por estar inmerso en una vorágine de acontecimientos personales que no vienen al caso. Curioso que unos meses después considerase al susodicho como uno de mis discos favoritos de su añada, incluido —se dice pronto— todo el material discográfico internacional que del 2018 había llegado a mis pabellones auditivos. Digamos pues que, como reza el dicho, más vale tarde que nunca si hay dicha.   

Johnny B. Zero - Metonymy of Sound (2020) 2

Por todo lo anteriormente expuesto he estado mucho más vigilante a los recientes movimientos del proyecto musical de Juanma Pastor. Ejemplo de ello fue, justamente hace ahora un año, las dos fenomenales canciones integradas en un single: “They have it, that’s why we don’t have it” y su atípico cóctel de funk, psicodelia y rock clásico, y una perla en forma de balada como “Friendz”

Ya a lo largo del año en curso nos han ido llegando avanzadillas del álbum que nos ocupa. La primera, Trve fact, un pepinazo tremendo para sentir amor en toda su dimensión, una copla que por su inicio podría agradar a Robert Plant y a Jimmy Page si llegase a sus oídos, aunque lo más asombroso reside en el desarrollo y en el original acompañamiento del synth bass de Julio Fuertes.  

Con el segundo adelanto algunos intuimos que se avecinaba algo grande. “No, no es bueno estar solo” nos cantaban en Horror song, temazo con una carga de soul y de sentimiento tremenda, tanta que con la escolta del EWI por Pablo Pérez acaba resultando perturbadora. 

En cuanto a los tres sucesivos singles no faltó el toque funk característico que ocasionalmente emerge, esta vez haciendo «Biscuits« en la cocina, con delantal a ritmo de groove. O la intensidad y el desconsuelo de It’s so hard con videoclip promocional inspirado en Lynch y dirigido por el mismísimo Juanma. O por supuesto Metonymy of Sound, donde el saxo y la parte percusiva de Ben Wirjosemito dotan de mayor grandeza al crudo y potente tema que da título al álbum, el que contiene algunas claves, acaso las de asignar mayor protagonismo e importancia a la música en sí, la verdadera encargada de dar una magnitud más formal, mordaz, divertida o triste a las letras.

Uno de mis temas favoritos es “Characters, tan ambiguo, tan rompedor, además parece extraído de la escena vanguardista neoyorkina de la No Wave que despuntó a finales de los 70, experimentando con estilos como el avant-funk y el free-jazz, evocándome nombres como James Chance and The Contortions. Y, finalmente, nos quedan esos aires más caribeños de «Family« o la sensualidad pura con el amor nuevamente como receta enLove is alive”, People y Broken nature love”.  

Dicen que Johnny B. Zero es rock para el futuro. Lo que queda claro es que difícilmente pueden encajar estrictamente con alguna escena musical concreta. Su capacidad para experimentar y fusionar estilos acaba resultando deslumbrante, una especie de anomalía que, cuando más parece que se aproximan a influencias dispares, desde Led Zeppelin a Prince, Jethro Tull, Captain Beefheart, White Stripes… siempre aparecen detalles que los alejan y nos introducen en su universo personal. Ese seguramente sea su gran mérito, su gran originalidad.  


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