Imagine ya ha sido comentado hasta la saciedad, pero no deja de ser además de uno de los mejores momentos de John Lennon, una obra maestra. Además, independientemente de que la música de Lennon te guste o no (¿a quien no le gustará?), Lennon es un icono cultural de la edad moderna, estatus que incluso ha superado a su propia música, hay tantos aspectos extra-musicales y morbosos que en ocasiones su principal baza, la artística, queda en un segundo plano. Puede pensar el melómano medio, que la canción titular, por desgracia, suena más al cortar de una tarta nupcial o a la emisora de radio que se alimenta de recopilatorios sin mayor profundidad. Aunque incluso en ese punto es una suerte que canciones como ésta queden grabadas a esos niveles en el subconsciente colectivo, manteniendo así viva la música de Lennon y por extensión de los Beatles para generaciones futuras, algo que a priori puede significar para muchos jóvenes curiosos el princpio del camino hacia el frondoso bosque.
La nómina de artistas que intevienen quitán el hipo, desde la producción de Phil Spector, que excentricidades a parte, marcó el devenir de casi todo lo que conocemos ahora, pasando por su compañero George Harrison, excelente en todo el disco, del entorno beatle tenemos además a Jim Keltner, curioso que participara con todos los beatles en solitario a excepción de Macca, ahí lo dejo, otro ilustre es Alan White, batería de Yes, incluso un importante jazzman como King Curtis, que desgraciamante dejó en este disco su epitafio pues ese mismo año se marchó a ver a Charlie Parker donde quiera que esté.
De la canción «Imagine» poco puedo deciros que no sepáis, sólo incitaros a vencer estos prejuicios que os he expuesto, y si lo tenéis por casa dejadla sonar una vez más, ese piano de cola blanco como la nieve te hace vibrar a cada golpe de martillo en cada cuerda y en cada acorde, la letra… ya sabéis, John Lennon se escondía detrás de utopías enormes, puede que para ocultar su enorme inseguridad. Ese Lennon acomplejado se dejaba ver en «Crippled Inside», donde se reflejaba la terapia del doctor Arthur Janov, una tonada pre-rock’n’roll, algo que los Beatles hacían muy bien y que suena tan fresco y directo, como aparentemente fácil de hacer. «Jealous Guy» es la otra canción pasto de recopilatorios, no por ello menos buena, fue mi primera canción preferida de Lennon, aún me pregunto como es posible que después de una carrera con los Beatles plagada de tonadas tan redondas y ahora universales, pudiera sacarse una melodía como ésta. Yo lo veo así, vencer los clichés de la típica canción de amor no era tan fácil a principios de los 70, y si pincháis del tirón con la menos conocida «All My Love», piel erizada, podrá explicarse el amor de mil maneras, pero hacerlo como Lennon en esta canción es inalcanzable para cualquier mortal, esta claro que la figura de Yoko puede cuestionarse cuanto queráis, pero su conexión fue absoluta, con ella Lennon se sentía bien, todo lo demás me sobra. Y aquí «It’s so hard», otra de las razones por las que John Lennon me gusta por encima de sus compañeros escarabajos, John tiene el blues y el rock’n’roll en la sangre, cosa que su obra en solitario muestra más explícitamente, en la toma de la voz y su producción se nota su adoración por el rock’n’roll de los pioneros, también está King Curtis dándole veracidad al ejercicio, esta canción suena a Sun Records, y suena a Chess, un canción anacrónica en contraste con el rock que se facturaba a principios de los 70, una joya. Y nada más lejos que continúar con su ejercicio de estilo favorito, con «I don’t want to be a soldier» se marca un mantra anti-bélico con toda la banda, King Curtis inclusive, moderna para la época, esta canción nos hubiera venido a las mil maravillas en época de insumisión. Otra de mis favoritas, «Give me some truth», suena a los beatles del disco blanco, pero sobre todo es una de las mejores canciones protesta de su repertorio, esta directita va a Moncloa, con copia al Congreso de los Di-putados. ¿En un mismo disco se puede emocionar y hablar de amor, volver al eterno rock’n’roll, sonar moderno y comprometerse con el entorno social?, sí, se puede, aquí está John Lennon.
«How do you sleep?» habla supuestamente de Paul McCartney, aunque Lennon declaró al respecto en la película «Imagine»: «It’s not about Paul, it’s about me. I’m really attacking myself. But I regret the association, well, what’s to regret? He lived through it. The only thing that matters is how he and I feel about these things and not what the writer or commentator thinks about it. Him and me are okay.» Aunque no es descabellado pensar en el roce, algo que me queda más claro con el libro de Ignaci Julià, tampoco hay que darle mayor importancia ni descontextualizarlo, imaginad, cuatro chavales sacados de su barrio y puestos a rodar día y noche sin parar, sin poder pisar la calle, de hotel en hotel, eso puede llegar a quemar cualquier amistad, demasiado tiempo juntos con tanta presión, aunque puesto al «tu primero» al parecer fue McCartney el que lanzó los primeros dardos envenenados contra Lennon en su disco «Ram». Yo me quedo con Lennon, si yo me enterara de que mi compañero está intentando comprar las acciones de mis canciones a mis espaldas algo me enfadaría, me preguntaría como puede dormir por las noches. Ahí queda el dato. Conjeturas a parte, la canción es fenomenal, Harrison, como en todas intervenciones, fabuloso, y los arreglos me parecen más propios de la mantequilla soul de Isaac Hayes que de Phil Spector. Continúa la terapia del doctor en «How?», descubriendo la complejidad interior de Lennon, aparentemente seguro de sí mismo cuando se metía entre pancartas y en todos los berengenales que encontraba a su paso, admirable siempre, pero realmente con otro lado en la penumbra, estas canciones tan íntimas muestran la otra cara del artista, inestable, lleno de dudas y con un pasado que parece obsesionarle. Cierra el disco «Oh Yoko!», el amor de su vida y la única persona capaz de hacerle olvidar todos los males, una tonada alegre de auténtica sumisión, muy Dylan, con harmónica incluida. Si esto no es amor nada puede serlo.
John Lennon nunca tuvo problemas en contrarrestar sus complejos y su mundo interior con una actitud y compromiso social por encima de todos sus compañeros de generación, le adoro y adoro su música, y su carrera en solitario es de carne y hueso, es real a todos los efectos, con sus altibajos, desde el más alabado de sus discos al que menos gracias obtuvo. No me considero un erudito de su obra y figura, pero justificaciones a parte, admiro a John Lennon más allá del panegírico y la efeméride. Espero que al menos veáis como yo más allá del prejuicio que suscita la canción «Imagine», repetida hasta la saciedad en millones de emisoras, pero que nunca deje de sonar. Un disco completo que esconde detrás de sus éxitos archiconocidos, un disco plagado de canciones igualmente inmensas.
John Lennon – «Imagine» (1971)
10/10
1.- Imagine/ 2.- Crippled Inside/ 3.- Jealous Guy/ 4.- It’s So Hard/ 5.- I Don’t Want to Be a Soldier/ 6.- Gimme Some Truth/ 7.- Oh My Love/ 8.- How Do You Sleep?/ 9.- How?/ 10.- Oh Yoko!/