Críticas Discos

The War On Drugs, banda de Philadelphia, esa de la que se largó el bueno de Kurt Vile tras su debut ,no la tenía uno controlada para nada y sólo la conocía de nombre,  si bien al desertor le seguí siempre la pista y el año pasado fue él quien publicó uno de los discos más interesantes de 2013, Walking On a Pretty Daze.
Lo que no imaginaba es que este tercer trabajo de su antigua banda, segundo ya bajo la exclusiva batuta de su otro gallo Adam Granduciel, pudiera estar tan lleno de fuego y pasión.
Si cito un batido de Suicide, el Bruce del Tunnel of Love, New Order, Dire Straits, los Fleetwood Mac de Tango in the Night, los Blue Nile, My Bloody Valentine, los World Party, Al Stewart del Time Passages, el Dylan del Series of Dreams o, mejor, de Lanois, Jackson Browne, los Cure, Spiritualized o los mismísimos Deacon Blue on drugs, seguramente me mandaréis directamente a la mierda.

Pero haríais muy mal porque realmente La Guerra Drogada ha conseguido mezclar todo eso que parece imposible, sin indigestar, creando algo nuevo bajo el sol, un feeling un tanto desolador pero de efecto reparador, como en su momento lo hicieron Mercury Rev mezclando a The Band con Can en su Deserter´s Songs o Arcade Fire en su Funeral con Bowie, los Cure y la Orquesta del Ejército de Salvación.

Esta epopeya ochentera en toda regla, vocalmente tiene el punto justo desarrapado del compositor y lider Adam Granduciel,  al cual, no sé por qué razón, te dan ganas de abrazarle, esos uhhs gritados importados de la Big Music del señor Mike Scott sobre ese mogollonazo de capas de sintetizadores y efectos de guitarra eléctrica que consiguen el efecto orgánico-orgásmico de nuestro sirimiri. Lost in The Dream no es más que un palacio de diez estancias , totalmente distintas entre si  pero con una decoración a tono de su arquitectura premeditada y llena de arte.
Como dando un portazo, acaba cada canción para sumergirnos en el silencio de otro sueño, uno tras otro, series of dreams, y el fantasma de Lindsey Buckingham pasea por toda esta mansión, cuyo eco es atronador.

El disco , que para si hubiera querido hacer el Boss cuando andaba-anda tan enamorado de meter corazón dentro de las notas de un sintetizador, eso es lo que es Lost in The Dream, y su escucha  acaba con todas las ganas de darle más oportunidades a los nuevos trabajos del dios de Nueva Jersey. Tío,  tus fans ya componen mejor que tu.

Lost in A Dream dura una hora y de ese tiempo se requiere para degustarlo, tranquilamente, por favor, aislado, para que te empape su humedad penetrante, bien estés sudando en la elíptica para recuperar tono y eliminar grasas innecesarias o tirado en la alfombra de tu casa queriendo que la luz entre dentro de tus continuas preguntas cuando se han ido de ella todos con los que convives.

Granduciel ha recomendado su escucha en el coche, durante la entrada noche en la ciudad y no me parece mala idea pero eso ya uno se lo imagina…born to run.

Comienza con un tema que para nada es representativo de la variedad del conjunto y que lo que pretende es generar la lluvia de la ciudad gris del norte, un ambiente nocturno como si fuera del Hats de los escoceses Blue Nile, el ritmo marcado propio de las canciones firmadas por Stevie Nicks, ves desde tu ventana del imsomnio pasar tus historias en taxis con la luz verde, comienzas a entrenarte en la sinceridad abierta de ese trenzado de guitarras que directamente te aspira toda la atención. Under The Pressure establece los cimientos sobre los que se basa una estética muy determinada de sugerir amor y pérdida del mismo, de pedir ayuda desde el lado salvaje de la pasión desmedida, sin control.
Red Eyes nos recuerda que los Cure son un grupo crucial en la música de los ochenta y que , al final, el tiempo les coloca donde merecen y Lindsey oh Lindsey! Típico tema trotero sobre sintes y batería marcada con un uhh esporádico que , sinceramente, da escalofrios como los de This is the Sea. Himno,  no escuchado por un servidor desde esa POM que es el Funeral de los Arcadianos muchachos. De esas bandas sonoras para conquistar Polonia de un asalto y de manera pacífica.
El bueno de Granduciel, nombre de personaje medieval, resulta como ese héroe romático y perdedor que quiere vencer todos los obstaculos posibles y lo consigue, como en los cuentos, como en los sueños.
Los sonidos más orgánicos llegan de la mano de una especie de outtake del Oh Mercy de Mr. Zimmerman, como un What Good Am I del siglo XXI que se llama, cómo no, Suffering. Sin embargo, es la voz lo que siempre lo cambia todo y lo hace personal, no podría describirla , ni compararla, ahora no me viene y eso es muy buena señal aunque sepas de las sustancias de las que está compuesta. Tampoco dista mucho de lo que hacen ahora Hiss Golden Messenger , aunque estos por el lado más acústico de la Americana. En medio del sufrimiento tenemos el primer solo de eléctrica antológico, entre David Gilmour y Antonio Vega, escuchar para creer en su minimalista inmensidad.Tremenda canción, maravillosa tras sucesivas escuchas. Este disco va a ser uno de los contenders a disco de 2014, no tengo ninguna duda. Y un saxo final, tímido entre la electricidad y los acordes con eco de piano, recuerdan como se transforma una melodía de buena en inolvidable.
Llega entonces la menina: An Ocean In Between The Waves, un moderno I´m The Ocean (Neil Young), de estas canciones que drogan con su propio crecimiento, como una espiral, como una batidora y con unos solos antológicos de guitarra post-Mark Knopfler, el nuevo Sultans of Swing pero como si el líder de los Straits se hubiera hecho con el control de New Order.
A la contra que su ex-colega Kurt Vile,  la larga duración de los temas no resulta aquí para nada tediosa y además, mientras que a Kurt le observas como a Lou Reed, su lado druggy y canalla, a éste le quieres, le quieres mucho, se muestra en toda su debilidad y quieres ayudarle, ser su amigo, te hace implicarte mucho más.
Dissapearing tiene ese punto de cara B de single de Deacon Blue o, mejor, seamos más generosos de The Blue Nile con esa batería de efecto retardado y esa armónica aterradora, que corrobora que los ochenta y primeros noventa es lo que ahora está de moda y a donde se mira de frente porque fue una década prodigiosa, con millones de ideas nacidas desde las hombreras.
El precioso medio tiempo que es Eyes To The Wind , que me recuerda tanto a los Del Amitri como a Bob Seeger o a Jackson Brown está situado en la posición perfecta, con ese deje dylaniano vocal, un Year of The Cat para el nuevo milenio, soft rock con alma. Esplendorosa, parece que estamos ante Sunhouse y su Crazy On The Weekend de nuevo. ( un disco de culto de los noventa)
Un pasaje instrumental para ilustrar el ataque de pánico de encontrarse sólo es lo que quiere decir The Haunting Idle, con unos ecos que suenan a Le Noise y a las producciones de Daniel Lanois , ese mago que juega con los espirtus de los paredes alli donde graba, también a los Floyd del Animals.
De hecho, ese pasaje enlaza de la misma con el soberbio comienzo de un Dancing In The Dark Revisited llamado Burning, .Dreaaaminggg! cómo dice Dreaaaming! 
Burning in your heart, románticismo, listen in the darkdreaaaaminggggg! Y esos yeah yeah yeahs y esos uhhhhhhh uhhhhhhs , buff. Sorpresas te da el rock and roll y cuando menos te las esperas. Hay detrás un trabajo de dos años dentro del estudio y eso se nota.
La balada es Lost in The Dream , demuestra que Nebraska y Time Out of Mind los tuvo bien cerca y llamarla hermosa es quedarse muy corto, rememora los tiempos en que Elliott Murphy era rey y Willie Nile no hacia el mismo disco en piloto automático y a todas las cosas buenas de los años ochenta. Otro pilar de un disco que creo se va a convertir con el transcurso del tiempo en una obra maestra. Aún es pronto, el tiempo es un pedazo de cabrón.
In Reverse incita a un clima de despedida en sus casi ocho minutos de duración, diez canciones, una hora que pasa volada si te concentras, éste no es un disco para tomar un vermout. Parece que estamos paseando ante un campo de batalla quemado por la furia y el dolor y una voz que recita para, en un momento transformarse en una canción a corazón abierto, preciosa, como si fuera del Late In The Sky de Jackson Browne, otra referencia a tener en cuenta.
Cuando son tanto los nombres que aparecen en la reseña pero , sin embargo, te topas de bruces con algo fuera de lo previsible, cuando la única solución está en tu propia escucha personal y criterio, te dan ganas de dar al eliminar todo lo escrito y describirlo con la frase de su última canción.
Like a train in reverse down a dark road,  a eso es exactamente a lo que suena este maravilloso nuevo artefacto de passion rock , de la vieja escuela pero necesario para el presente y para que la llama siga ardiendo.

Por Joserra
Esta entrada se publicó en rockandrodri land pero ha sido modificada para el Exile.

The War On Drugs – “Lost In The Dream” (2014)
8,5/10

1.- Under Pressure/ 02.- Red Eyes/ 03.- Suffering/ 04.- An Ocean In Between The Waves/ 05.- Disappearing/ 06.-Eyes to the Wind/ 07.-The Haunting Idle/ 08.-Burning 09.-Lost in the Dream/ 10.- In Reverse

 


8 comentarios

  1. Discazo de este año, si señor, que difícilmente será no tenerlo en mente cuando hagamos una lista de lo que más nos ha gustado. Un disco de aquellos que parece haber estado siempre ahí, en el tiempo, suena tan clásico/contemporáneo/y necesario… Aunque a mi me cuesta ver tantas cosas en el disco. Si me viene a la mente el Bob Dylan (Waterboyzado) más accesible de infidels e incluso en algunos momentos a Alan Parsons… y llamadme loco jejeje

    1. Qué gracia, si te fijas cito The Year of The Cat y el Time Passages de Al Stewart que fueron producidos por Alan Parsons, son muchos muchos aromas pero esto es algo con entidad propia. La voz de Adam y sus dejes del Dylan ochentero, lo hace a todo muy especial y único. Un abrazo!

  2. Tienes razon pero más que la voz del cantante es esos arpegios de guitarra muy Knopfler para algo Mark es un discipulo de Tim Renwick (guitarrista de esos discos de Al Stewart que citas)

  3. Me encanta esta banda, como te dije ayer la conozco hace tiempo y me parecen muy buenos, yo este aún lo tengo muy poco machacado pero "Slave Ambient" y "Future Water" los machaqué.
    Como siempre gran entrada amigo.

  4. Pues ganas de escuchar este disco que sin este grandísimo post se me hubiese pasado por alto como tantas otras cosas, si el disco es tan grande como el escrito… compro! Abrazo gigantesco!

  5. Como te dije en la Land, tete, es evidente que me tenía que gustar y das en el clavo con muchas referencias, especialmente visualizo pasajes Arcade Fire, Mike Scott, Al Stewart, Blue Nile,… pero todavía no lo tengo en un altar. Estoy insistiendo y me ayuda a pedalear, tanto en la elíptica como en la de carretera. Eso sí, "Eyes to the wind" (qué temazo, la rehostia consagrada) junto a los "Actes d'amor" del Senior i Cor Brutal encabezan mis canciones preferidas de este año por el momento. Abrazo.

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