Especiales Críticas Discos

…transmite esa sinceridad no siempre reparadora del dolor ya pasado y de la experiencia a su paso por los infiernos, tan esencial y característico del soul cuando el soul es grande de verdad…

Compré este vinilo de un calentón tras la recomendación de Joserra, siempre un valor seguro (reseña del box-set Baby, I’m for real pinchar aquí). Escuchándolo me di cuenta de la cantidad de soul que aún queda por descubrir, casi inalcanzable, hay muchos nombres que se han olvidado pero que nos han dejado obras que provocan auténtico placer sonoro. Y este es uno de ellos.

Como muchos cantantes de soul, Esther Phillips comenzó cantando en el coro de la iglesia y fascinó a un mecenas, Johnny Otis, una noche cualquiera cantando en un club entre humo y alcohol, entonces se convirtió en Little Esther Phillips y consiguió cierto reconocimiento en los 50 cantando R’N’B, escuchad Misery (pinchar enlace aquí), una favorita de todos los tiempos grabada con Otis para Savoy. En los 60 fue con Atlantic donde logró otros éxitos, por favor, no podéis perderos Try Me (pincha aquí) con el poco recordado King Curtis al saxo, sensacional. Una historia como muchas otras que iba de la mano de fuertes adicciones y visitas frecuentes al infierno existencial. Podríamos quedarnos aquí y Esther Phillips ya me parecería grande, pero no, su carrera tiene mucho más recorrido, en los setenta también se dejó seducir por la corriente disco en alguna ocasión, sin embargo no fue lo habitual y grabó muy buenas canciones.

Pero me quedaría sin dudar con este From a whisper to a scream si tuviera que elegir un disco representativo que por su colección de canciones me resulta inmejorable y que cada vez que lo pincho me parece mejor y más grande. Fue la primera referencia de Esther Phillips para Kudu, una subsidiaria de CTI, que en comparación con la mítica Atlantic se quedaba pequeña, pero fue refugio para unos cuantos artistas como Grover Washinton Jr., Johnny Hammond y Hank Crawford, que sin pretenderlo devolvieron al jazz su esencia popular, actualizándolo a la vez hacia un soul-jazz y en contraposición con las corrientes free. Circunstancia que confiere a esta quinta referencia del sello unos arreglos que no merman nada su gran pegada, una producción cuidada al máximo, llevada con maestría por algunos de los mejores músicos del momento. Me llama poderosamente la atención las partes de guitarra que son realmente buenas, si seguís el rastro de Cornel Dupree (también en «Spirit in the Dark» reseñado aquí) y Eric Gale, encontraréis canela fina. También hay aquí mucho funky, y sin olvidar el gran e inefable Rudy Van Gelder único en esto de sacar oro del sonido grabado, pregunten por Blue Note.

El título no podía ser mejor, aquí encontraremos desde un susurro dulce hasta el grito más descarnado. «Home Is Where the Hatred Is» es original de Gil Scott Heron, un canto agrio a las adicciones que en principio cantó casi obligada, pues los últimos dos años los había pasado rehabilitándose, pero al fin y al cabo se convirtió en una de sus mejor interpretaciones, además presagiaba su fatal final, una canción que suena a ciudad, a esquina y a waiting for the dealer. «From A Whisper To A Scream» original del maestro Allen Toussaint tiene una guitarra de suave efecto wah-wah sugerente que alterna arreglos con una excelsa sección de vientos, y Esther con su fraseo de terciopelo, una pasada. La balada «To Lay Down Beside You» es tan dulce como sobrecogedora, placer deep-soul de alta calidad, continúa el disco con otra balada de deshacerse y fundirse en «That’s All Right With Me». Cierra la cara A del disco «Til My Back Is not Got No Bone» original de Eddie Floyd, se la lleva a su terreno soul-jazz, fíjense en el bajo, omnipresente en todo el disco dando cuerpo funky y trazando unas líneas propias que harán que te pasees poer el Harlem dorado y te hará mover el pie con mucho groove, quizás a muchos les recuerde a Amy Winehouse, pues hay cierta similitud en la voz y la interpretación, la de Candem aprehendió de las mejores, también fue una de las grandes no lo dudéis.
La cara B abre con otra composición de Tousssaint, «Sweet Touch of Love» es una canción festiva y alegre al amor con unos coros que recuerdan la época dorada de la motown, degustaréis una instrumentación exquisita, tónica en todo el disco. «Baby, I’m for Real» ya fue popularizada por Marvin Gaye, pero madre del amor hermoso!, la Phillips consigue con esta balada erizarte todo el pelamen del cuerpo, qué guitarra y qué saxo con fraseos de auténtico lujo y arreglos de fábula. «You Love Is So Doggone Good» es terciopelo soul de alta calidad, suave y sugerente, y cierra esta maravilla de los 70 una de mis preferidas, «Scarred Knees» en clave de blues, mucho feeling, deep delta blues en vena, acojonante.

De verdad os digo que este disco debería tener su lugar entre los aficionados y amantes del género, seas neófito o no deberías dar una oportunidad a la voz de la Phillips, transmite esa sinceridad no siempre reparadora del dolor ya pasado y de la experiencia a su paso por los infiernos, tan esencial y característico del soul cuando el soul es grande de verdad, tiene tatuado el desapego y la soledad tan difíciles de exudar cuando te han calado el alma, sentimientos que se mezclan a la perfección entre estos surcos junto a cierta alegría que parece reflejar el momento de lucidez de la artista y la certeza de que lo que se está grabando se escapa a la lógica y sobrepasa las mismas posibilidades a su alcance. Y representa muy bien el puente entre los 60 hacia los 70 en cuanto a música negra se refiere, la base r’n’b que va dejando cada vez más espacio al funky y a la mayor profundidad sonora, puede que no tuviera tanta repercusión como el soul de mantequilla de Isaac Hayes, el debut de Curtis Mayfield o el Whats Going On de Marvin Gaye, pero en cuanto a la calidad no tengo ninguna duda, arreglos en clave soul-jazz cuidados al máximo y llevados por la creme de la época, y una interpretación de la Phillips que te pone el corazón en un puño. Un abanico de estilos que abarca desde el blues hasta baladas de deep-soul, y un delicioso sabor funky.

Con From a whisper to a scream consiguió uno de sus mejores trabajos, y algunas de las interpretaciones más grandes del soul de los 70. Una joya que para mí es imprescindible.

Esther Phillips – From a whisper to a scream (1972) 10/10

1. Home Is Where The Hatred Is / 2. From A Whisper To A Scream / 3. To Lay Down Beside You / 4. That’s All Right With Me / 5. ‘Til My Back Ain’t Got No Bone // Cara B: 1. Sweet Touch Of Love / 2. Baby, I’m For Real / 3. Your Love Is So Doggone Good / 4. Scarred Knees

Arreglado de la reseña escrita para NO SÉ VIURE SENSE ROCK


3 respuestas

  1. Un disco maravilloso que también conocí tras el mencionado post de Joserra, lo cuentas de miedo, que souleros estamos últimamente por estos lares (yo incluido).
    Abrazo.

  2. Tremendo.
    En los '70s el soul se negaba a morir, aplastado por el funk y la música disco. Esther se defendía, entre gritos y susurros.

    Precioso, gracias.

  3. Una de mis cantantes negras (con mucho respeto y admiración) favoritas. Una voz única e incomparable que te sobrecoge el alma y te hace rechinar el espíritu. Inolvidable. Prefiero recordarla por sus canciones y me enoja su final, me da tristeza

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