Conciertos

La presencia de The Hanging Stars en la coqueta sala barcelonesa Heliogàbal del barrio de Gràcia era muy esperada y deseada por un servidor. El nuevo y prometedor grupo londinense formado a partir de la interesantísima pero extinguida banda The See See venía a enseñarnos en directo sus composiciones country-folk galácticas que beben directamente de lo Byrds, de la lisergia sesentera californiana y que los aproxima como bien ya se dijo en el Exilio a unos Beachwood Sparks volcados en la belleza y las harmonías vocales. La dificultad o el handicap si es que había alguno era la no presencia de un disco propiamente dicho que al parecer nos llegará a principios del 2016, sí de un single con dos canciones estupendísimas como Golden Vanity y Floodbound que lógicamente sonaron preciosas durante el concierto y un EP a la venta también in situ. La pequeña sala dotaba de calidez a la actuación: pequeña, coqueta, confortable…. , pero aunque no son un grupo conocido ni tan solo con un disco a la venta fue sorprendente la poca afluencia de público. No conté al personal pero no había ni treinta personas, increíble. Por un lado sabe mal por los músicos pero supongo que deben cobrar igual y hacen así la promoción aunque dudo que el asunto salga rentable, por otro lado me alegro de haber visto casi como bolo privado a esta banda que seguro, una vez escuchado su directo y salga su disco, el año que viene estarán en boca de muchos. Concierto más o menos de una hora donde lógicamente sonaron, y lo hicieron absolutamente geniales y plenas de belleza Golden Vanity y Floodbound. Sonaron canciones que formarán parte de su próximo disco, sonaron Cripple shining blues, Cure your ills y I’m no good without you, ésta sobretodo sonó espectacular con una harmónica desbocada. Antes del ya clásico «encore» se despidieron con «The house on the hill», un temazo como ya apuntaba su escucha enlatada pero que en directo se torna un auténtico espectáculo que nos teletransporta a otra década. Grandes estos The Hanging Stras, darán que hablar.

Os dejo con «The house on the hill» de otro día, en otra sala, en otra ciudad… sólo para poneros los dientes largos.


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