…domina y moldea la tradición a su gusto huyendo del
ejercicio meramente revivalista para armar un discurso profundo donde la
crítica y la protesta se personan a través de dos elementos primordiales: el
racial y la lucha de la mujer, mensajes de resistencia a la adversidad
que parten de la historia sangrante de sus antepasados y que extrapola a
la actualidad a través de una interpretación genuina y apasionada.
Llegamos al final del año y la oferta musical es tan amplia y rica, tanto en estilos como en calidad que puede llegar a extenuar seguir el ritmo de la actualidad, por eso puede que un disco publicado a principios de año incluso nos pueda parecer lejano. Sólo algunos continúan sonando entre mis predilectos después de meses y escuchas. Es el caso de Freedom Highway de Rhiannon Giddens.
No queda nada por descubrir, ni inventar, sin embargo cada vez valoro más a los artistas que lo que traen consigo es una trayectoria sólida y una coherencia, cuando sus intenciones son diáfanas y no hace falta explicación alguna sobre nueva elección de producción, de estilo, de sonido etc… Rhiannon Giddens para mi es ejemplo total de lo que una artista tiene que tener para que vaya a ciegas a escucharla y me deje llevar al huerto, la comparo con mi querida Gillian Welch, ambas con los Apalaches en común y con un sentido de la tradición exquisita, ambas editando discos atemporales donde básicamente la interpretación y su actitud artística acaban siendo la mejor coartada para prestarles atención. Giddens tiene a diferencia de Welch una voz más privilegiada en cuanto a registros, no en cuanto a belleza, pués ambas me encandilan, también un sentido mucho más racial si puede decirse en un sentido musical, y además la intención de recordarnos que este mundo, como decía James Brown… it’s a man’s man’s man’s man’s world.
Y es que no me hacía falta este disco para confirmarla como la gran artista que es, pués ya lleva bastantes años de buenos discos a sus espaldas con los Carolina Chocolate Drops, a parte de otros proyectos incluido su participación en las decepcionantes nuevas basement tapes de donde sólo a ella salvaría de la quema, ahora con su segundo disco en solitario. Poco hay que explicarle, poco tiene que justificar esta señora, grandísima instrumentista además, factor a remarcar en un sector donde no suele fijarse el personal en ciertas habilidades cuando es una mujer la protagonista absoluta, las cosas como son. Ella lo tiene y sólo queda estar al quite con cada disco que edite para dejarse llevar a sus dominios, no falla.
Ya llevo bastante tiempo con Freedom Highway, segundo en solitario de Rhiannon Giddens, querida en este exilio musical y de la que ya hablé en la reseña de Tomorrow Is My Truth (léase aquí: http://www.exileshmagazine.com/2015/03/rhiannon-giddens-tomorrow-is-my-turn.html).
Creo que no hará falta decir que es una de mis voces favoritas de la actualidad pués me parece siempre muy fino todo lo que hace y todo lo que canta. Una voz clara y potente, cálida cuando quiere, y esta vez a diferencia de su anterior disco, con la mayor parte de las canciones de su puño y letra, continuando eso si con la coherencia temática del debut a su nombre.
La sensación de que Giddens ha sabido dar otro enfoque a la primera Joan Baez fue ya evidente en su primer disco, evidente en el presente a través de Birmingham Sunday, la tercera de las versiones esta vez de Richard Fariña y popularizada en su día por la mencionada Baez. El recorrido pasa también, como no podía ser de otra manera, por New Orleans con la deliciosa Hey Bébé donde la trompeta juega su papel para situarnos en la capital de la música, de nuevo es la sordina la que manda instrumentalmente en The Love We Almost Had, una de las joyas del disco. Termino este rápido repaso comentando que tanto Baby Boy como Following The North Star recuerdan a sus Carolina Chocolate Drops, con un enfoque quizás más abierto y quizás sea la señal que confirma que esta carrera en solitario debería tomarse como evolución más que como punto y a parte, hay continuidad y hay intención de enriquecer el discurso que ya dominaba con el grupo madre, y lo hace y creo que hará y crecerá a través de producciones exquisitas donde su voz es el epicentro y motivo principal.
Rhiannon Giddens domina y moldea la tradición a su gusto huyendo del ejercicio meramente revivalista para armar un discurso profundo donde la crítica y la protesta se personan a través de dos elementos primordiales: el racial y la lucha de la mujer, mensajes de resistencia a la adversidad que parten de la historia sangrante de sus antepasados y que extrapola a la actualidad a través de una interpretación genuina y apasionada, con unos arreglos aparentemente austeros y sin embargo con una riqueza instrumental apabullante, una clara evolución de sus Chocolate Drops. Esta mujer es capaz de hacer todo aquello que se proponga, una grande, tiempo al tiempo. Delicatessen.
Rhiannon Giddens – Freedom Highway (2017)
1. «At the Purchaser’s Option» / 2. «The Angels Laid Him Away» / 3. «Julie» / 4. «Birmingham Sunday» / 5. «Better Get It Right the First Time» / 6. «We Could Fly» / 7. «Hey Bébé» / 8. «Come Love Come» / 9. «The Love We Almost Had» / 10. «Baby Boy» / 11. «Following the North Star» / 12. «Freedom Highway»
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