Críticas Discos

Walter Martin era uno de los miembros de la banda de la gran manzana, The Walkmen. Martin es multi-instrumentista, toca todo lo que le pongan delante pero en la banda sus funciones eran las de bajista y organista principalmente, pero su función era más importante puesto que era el compositor y letrista principal aunque firmasen como The Walkmen. En 2012 se toman un largo respiro que Walter Martin aprovecha para iniciar una carrera en solitario por la que nunca me había interesado hasta la llegada de su nuevo disco del 2018, «Reminisce Bar & Grill», sobretodo gracias a esa irresistible portada de esencia setentera y canalla. Imposible resistirse a ella. Este es el cuarto disco en solitario de Martin, y aquellos que siguen su carrera comentan que ha dado un giro de estilo o simplemente ha dado con la tecla adecuada. Ya no revive la época del post punk como en el debut de la banda, «Everyone who pretended to like me is gone», que con acierto he recuperado estos días, en realidad creo que sigue la senda marcada en «Hey Matt» y «The Everglades» de su disco del año pasado «My Kinda Music», donde asomaba en muchas ocasiones el sonido brittish de por ejemplo The Kinks en «The Everglades». Como decía sigue ese camino marcado pero deja a un lado el sonido más británico y lo americaniza, reviviendo a los cantautores callejeros del setenta, tanto puede ponerse en modo Tom Waitts como acercarse a Randy Newman. En el disco Martin se encarga de casi todos los instrumentos y además cuenta con la ayuda de Brian Kantor, Josh Kauffman (habitual músico de Josh Ritter) y Alec Ounswotrh de Clap Your Hands Say Yes. Como digo, tiene ese toque de cantautor de los setenta, ese sonido de disco menor que va calando. Ese sonido comparable a por ejemplo Jason Collet (Rat a tat tat, Song and dance man), que es un favoritísimo en el hogar nikochiano, así que si te gustaban los discos de aquel seguro que te gustan los de este.
«Me and McAlevey» empieza modosita, timida. Cuando entra la voz de Martin quedo desarmardo. Me encanta esa voz de mal cantante. Esa voz rota y desequilibrada que consigue sin querer dar con la nota, con el tono, con la tecla adecuada. Una voz que sabe lo que se hace, sabe de sus posibilidades y jugando sus cartas te lleva al huerto con ese ligero toque destartalado a lo Ray Davies. Estamos ante un notable tema inicial, con una percusión curiosa y un precioso piano que acompaña sin tomar demasiado protagonismo a este tema trotón donde Alec Ounswotrh en la retaguardia comienza a sacar la cabeza. «Too cold to Wareski» es un triunfo asegurado. Con su «tarareo», su melancólica alegría por montera, la voz doblada de Ounswotrh… buf! temón! en el que la sombra de Ray Davies se hace gigantesca como lo hace también en «I went alone on a solo australian tour», como si Ray y  Randy Newman se fuesen de juerga rollo étnico. Favoritísima absoluta. «I can run now from the hellbounds but I can’t hide» tiene un silbidito canalla que enamora, un retrogusto a los setenta con ese riff de guitarra y el fraseo que son puro Ian Dury. El tema tiene mucho del sonido de los discos de Jason Collet pero aún le veo más seductor, más tablas. «I’m a puppy» es simplemente acojonante. Un baladón crudo que cierra un inicio espectacular y nos sitúa en el ecuador del disco. «The drummer» es coqueta y positiva. Me encanta su letra. Su manera de explicarnos la historia, el deje vocal… me encanta, otra favorita. «Ride down the avenue» es un rocanrolito simpático que se trae el recuerdo de Paul Simon y sus acordeones, (salvando las diferencias vocales) y nos remata con una interpretación vocal especial y diferente en la genial «I wanna bea country singer». Simplemente, a estas alturas, me tiene en el bote. La balada «Pink piano» marca el final, antes del mismo llega «Colorado lonesome» que tal vez es el tema que menos me guste del disco. Suerte que para el final se guarda la espléndida «I dreamed I was Lana del Rey’s Older Brother» que es la repera limonera que otra vez me recuerda en todo al kinky Ray. Ya digo, Walter Martin firma un sorprendente artefacto que ha llegado al hogar nikochiano para quedarse. Un favorito para este 2018 fuera de todas las quinielas, un disco al que ustedes terrícolas deberían dar una oportunidad. No se arrepentirán, ya me darán las gracias.

Walter Martin – Reminisce Bar & Grill (2018)

01.-Me & McAlevey/ 02.- Too Cold To Waterski/ 03.- I Went Alone On A Solo Australian Tour/ 04.- I Can Run Now From The Hellhounds But I Can’t Hide/ 05.- I’m A Puppy/ 06.- The Drummer/ 07.- Ride Down The Avenue/ 08.- I Wanna Be A Country Singer/ 09.- Pink Piano/ 10.- Colorado Lonesome/ 11.- I Dreamed I Was Lana Del Rey’s Older Brother.

*Post aparecido originalmente en Nikochan Island por Nikochan


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