Cub Scout Bowling Pins

Críticas Discos

Cub Scout Bowling Pins es el proyecto alternativo de los viejos Guided By Voices.

Se aprecian tonos ocres de carácter retro, incursión de coros y claroscuros sónicos, sintetizadores y percusiones ochenteras…

Hace unas semanas hablábamos de una de las tres producciones que Guided By Voices lanzó al mercado durante el pasado y calamitoso año, más exactamente del disfrutable «Mirrored Aztec» (pinchar).

En aquella ocasión señalábamos la cualidad de grupo incombustible que sin duda caracteriza a la formación del ínclito Robert Pollard. Pues bien, hoy debemos hacer aún más hincapié en este particular al tener en la calle desde ayer un nuevo muestrario de canciones de Guided By Voices, eso sí, bajo una nueva nomenclatura: Cub Scout Bowling Pins.

En esta ocasión los de Ohio se han sacado de la manga un EP de seis canciones titulado «Heaven beats Iowa» en el que dan vía libre a otras esencias diferentes a las de la banda madre, aunque dentro de unas coordenadas similares, pues el eclecticismo es otra de las peculiaridades del grupo y no resulta sencillo hablar de ruptura con respecto al material propio de los Guided.

Se aprecian tonos ocres de carácter retro, incursión de coros y claroscuros sónicos, sintetizadores y percusiones ochenteras, ruidos y ecos, procesos de industrial noise y urgencia melódica.

Ninguno de los seis cortes alcanza los tres minutos, no llegando a los dos ni la pegadiza y guitarrera «Hobson’s beef», ni la inquieta «Gear balloon mousetrap», ni la juvenil y fugaz «School School».

En realidad el trabajo es una curiosidad más que un disco de auténtica enjundia, lo que no quita que en el mismo encontremos momentos destacados como la primera mentada más arriba o el single de presentación «Heaven beats Iowa», con sus sintetizadores de tono vintage.

Bandcamp de Cub Scout Bowling Pins: https://guidedbyvoices.bandcamp.com/album/cub-scout-bowling-pins

Se completa el lote con la cacofónica «Moon camera» y una especie de funk industrial y progresivo titulado «Funnel cake museum» que es otro momento ciertamente destacado.

Desde luego no será lo más comentado del año, y tampoco lo que mayores elogios despierte, pero a un servidor le parece un trabajo menor no desprovisto de cierto encanto.


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