Reseña del primer disco de Bert Jansch más de medio siglo después.
Bert Jansch infundó estima por el folk y consiguió influir en artistas populares en un momento en el que el rock’n’roll y el pop reinaban. Artista al que hay que homenajear siempre que se pueda. Artista de artistas, grande entre grandes.
Este primer disco de Bert Jansch terminaba de registrarse en enero de hace más de once lustros. Sobrepasado más de medio siglo de tal efeméride, dedico unas líneas para rendirle mi más sincero homenaje a uno de los artistas más influyentes de la guitarra al que como tal, en este exilio musical le damos trato de GRANDE.
Aun así, Bert Jansch no es recordado en la actualidad como virtuoso de la guitarra con el énfasis con el que se reverencia a otros grandes como por ejemplo Jimi Hendrix, ni es ofrendado al nivel de otros cantautores como por ejemplo Nick Drake, aunque lo merece. Quizás por el hecho de no haber tenido una muerte fortuita. Conjeturas aparte, a poco que uno tenga cierto interés en los sonidos acústicos y el folk como es mi caso, es inevitable encontrárselo por este camino de constante investigación y disfrute musical, y si no es el caso estoy seguro de que discos como este te dará no pocas excusas para investigar detenidamente en su obra
La influencia de Bert Jansch es más que evidente desde que apareció a mediados de los 60 y hasta hoy en cualquiera de sus diferentes encarnaciones, ya sea en solitario, con el dúo junto a John Renbourn o con el grupo Pentangle.
A principios del milenio obtuvo cierta repercusión gracias a Devendra Banhart que en la cresta de la ola siempre que podía lo nombraba como una de sus principales influencias. Hasta tal punto llegó el hype que uno de sus últimos discos, concretamente el titulado The Black Swan (2006) fue todo un acontecimiento entre los jóvenes artistas de aquella llamada new weird america, disco en el que por cierto, además de Banhart también participaron otros artistas como Beth Orton, Paul Wassif y David Roback (Mazzy Star), entre otros.
Bert Jansch que venía recomendado por Anne Briggs, registró este disco en una grabadora de cassette portátil, con una guitarra prestada y sentado en el borde de la cama de su productor, Bill Leader, en Londres. Por tanto, un disco sencillo, a voz y guitarra, que vendió por muy poco dinero al sello Transatlantic, pero que causó un fuerte impacto cuando se editó.
En este punto, resulta imprescindible la mención a Davy Graham, gran figura del folk y su maestro, virtuoso realmente despreciado dentro de las latitudes del revival folk británico y que haría falta traerlo en los mismos términos de grandeza, de él es la conocida melodía instrumental Angie que cierra este disco y que sirve a Bert Jansch para decirnos de donde viene. Pero lo que hizo que obtuviera una mayor popularidad respecto a su maestro en unos años en los que el rock’n’roll y el pop triunfaban a nivel planetario, fue que su música les hablaba directamente a los jóvenes de aquel momento aunque el lenguaje musical resultara arcaico.
Bert Jansch consiguió conectar con aquella generación con actitud y maestría a través de temas universales, como por ejemplo el amor en canciones como Oh How Your Love is Strong y Dreams Of Love, la muerte en Needle Of Death dedicada a un amigo fallecido por sobredosis, o a las ganas de vivir en I Have No Time. Y es que además Jansch mostró una prolificidad admirable, pues más allá de reproducir estándares tradicionales o plagiarlos de manera descarada como esos que ya sabéis, fue capaz de hacerse un repertorio propio y único digno de elogio.
Su huella personal no tardó en marcar a otros jóvenes contemporáneos ayudado por algunas publicaciones de carácter tradicional que se mostraron entusiastas con su carisma y la manera tan pura y al tiempo moderna con la que utilizaba la tradición inglesa mezclándola con blues y jazz.
Por ejemplo de la popular Do You Hear Me Now? Donovan hizo su versión para su EP Universal Soldier poco después de ser editado en este disco. También Jimmy Page confesó que fue por este disco que cogió una acústica por primera vez. Y además robó, como solía ser habitual en él, el arreglo de la canción Jack Orion (que saldría un año después de este) para Black Mountain Side de Led Zeppelin, arreglo que por cierto le enseñó Al Stewart, otro gran influenciado por Jansch.
Hasta nuestro querido Neil Young contó en 1992 en un número de Guitar Player que Needle Of Death inspiró en espíritu y melodía su Ambulance Blues, casi nada. Indudable su influencia no solo de grandes como Nick Drake, incluso hoy en día podemos hablar de artistas claramente influenciados por Jansch como son Steve Gunn y Laura Marling,
A día de hoy la escueta producción resulta clara y directa a la escucha, hasta diría adictiva, sobre todo si eres dado a transitar por estos caminos olvidados. Muy recomendable la reedición vinílica de esta delicatessen que Sanctuary Records tuvo a bien sacar en 2016, se agradece.
Poco más que decir de un artista en constante estado de gracia hasta el final de sus días, no tanto de popularidad actualmente, que infundó estima por el folk y consiguió influir en artistas en un momento en el que el rock y la guitarra eléctrica reinaban.
Artista al que hay que homenajear siempre que se pueda, grande del folk de todos los tiempos. Artista de artistas, grande entre grandes siempre Bert Jansch. *Aprovecho para recomendar otros discos imprescindibles y míticos como son Birthday Blues en solitario y Sweet Child con Pentangle.
+info: https://www.bertjansch.com/
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