Discos Críticas Especiales

Especial sobre el disco ‘Sticky Fingers’ de The Rolling Stones por su 50 aniversario.

…los dedos pringosos en la salsa sureña lo están por una máxima reverencia a una tradición, la de toda la música americana, sea afro o colona, a la que unos chicos malos de las afueras de Londres la convirtieron en romántica y europea por arte de magia blanca…

Parece increíble querido Sticky pero tienes 50 años y me gustaría mandarte una carta allí donde quiera que estés entre las baldas de tantos fans que te hacemos la reverencia.

¿Sabes? Eres el mejor disco de tus autores aunque ellos firmaran tras de ti el mejor disco de la historia del Rock & Roll huyendo de los impuestos del Reino de Su Majestad la Windsor.

También puede considerarse que eres el Highway 61 Revisited de los setenta: ese tipo de perfección rockera donde las dosis de tradición e invención adquieren una proporcionalidad divina y parecen exhibir el putoamismo y la musa con la ligereza de una pluma de ganso.

Imagen de Sus Majestades los Rolling Stones posando con el Sticky Fingers.
Sus Majestades los Rolling Stones posando con el ‘Sticky Fingers’.

Perteneces a donde el blues campa por las veredas del southern soul, donde se fija el Juke Joint del mestizaje de los chicos malos británicos en un entorno tan paleto como prodigioso como Muscle Shoals, Alabama, la meca de sonido a magro y donde fue a grabar todo dios/a.

¿Se puede empezar un álbum tan brutal como con Brown Sugar? ( Si, con un Like a Rolling Stone) ¿Existe una canción con la que se puedan mejor mover las caderas? Definitivamente, no. ¿Existe un saxo más cerdo que el del break del tejano Keys? ¿ Y un dúo más libidinoso y lascivo de los Glimmer Twins? ¿Y un riff tan referencial?

¿Se puede seguir con tanto desparpajo como con tu increíble Sway, joya que marca una forma de hacer medios tiempos que permanecerá durante toda la década? ¿No es un lujo tener a un chaval de guitarrista que tiene el don de prender mecha a todo lo que toca como si estuviera poseído por el espíritu de Robert Johnson? Hats Off Mr Taylor.

Y luego llegan los Wild Horses cabalgando señoriales entre acústicas de porcelana como burritos de lujo creando una sublime danza a la luz de la luna.

Después ese delirio vudú y niuorlins del Can You Hear Me Knocking donde los conjuros punteros de Santana se aplican a las texturas del Gris Gris del Dr John para terminar en una de las jam más sudorosas impresas en plástico negro.

Y cierras tu cara A de infarto volviendo al Delta, a la cabaña, al origen de todo con You Gotta Move en una interpretación tan pantanosa como mimética con el medio que te vio nacer. Sitting on the top of the blues.

Te cambio de cara y me encuentro con el putiferio de Bitch donde los metales pesados empujan la orgía a un total desenfreno para luego homenajear a Otis Redding en I Got The Blues ( emocionante detalle)

La Hermana Morfina nos abraza sin dar tregua al baile hermoso de tu secuencia con incursiones de Ry Cooder con su slide escalofriante y un piano descomunal de Jack Nitzsche. Y estamos ante clásicos desde la primera vez que los escuchamos. Como pasa con Dead Flowers o la canción country más bonita hecha por unos europeos. Un himno de celebración y desparrame Stones. Vuelan al viento los fulares marroquíes y sube el efecto del doble cero.

Y todo bajo el prisma del rock and roll eterno, bandera que nunca ha abandonado la banda que mejor lo ha representado y defendido.

El experimento lo dejas para el final: mediante unas letanías Arapahoes crece como una serpiente la maravillosa Moonlight Mile. Los pianos delicados de Jim Price ensalzados por los violines del grandioso Paul Buckmaster configuran algo tan hermoso como el Riders of the Storm de los Doors, también cincuentona, una canción única y atmosférica como pocas.

Tienes tan sumo equilibrio Sticky! Un saber estar a través de los tiempos

Tu cremallera nunca se atasca, la bajas tras cincuenta años sin dejar de hacerlo y te enseña el aparato descomunal que encierras. Tus dedos pringosos en salsa sureña lo están por el culto a una tradición, la de toda la música americana, sea afroamericana (blues , rythm&blues,soul) o colona, ( folk y country) a la que unos chicos malos de las afueras de Londres convirtieron en romántica y europea por arte de magia blanca.

Luego llegaron los días de vino y rosas en la Riviera francesa muy marcados por tu logro pero eso es otra apasionante historia que aún no supera los cincuenta. Hoy es tu día. Felicidades Sticky, hoy cincuentón pero por siempre eterno.


3 comentarios

  1. Dedos pegajosos, que pedazo de titulo, para un grandioso e incomparable álbum. Sticky Fingers, un clásico e irreverente madrazo que sacudió a toda una generación, y lo sigue haciendo. Los Stones on fire. Que mas se puede pedir. Saludos desde México City.

  2. El sticky es una obra de arte, sin fisuras, todo en su lugar. SWAY es la verdadera joya para mí gusto. No dejemos pasar la versión española del mítico «dedos pegajosos» con la sustitución de «sister morphine» por el superrocanroll de «let it rock» del papá del rockandroll, El buen Chuck Betty.

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