Johnny Burning - Hagámoslo

Críticas Discos

Primer disco en solitario de Johnny Burning en el que sigue soñando en clave de rock and roll.

El disco evoca de manera incuestionable a las sensaciones que provocaban las últimas sacudidas de Burning…

El 28 de septiembre de 2019 Burning ofrecía su último concierto en Bilbao. Los que allí nos congregamos no podíamos evitar sentir una punzada de tristeza en el corazón, el que más y el que menos acogía un buen ramillete de recuerdos de otros bolos de la banda madre del asfalto y las noches madrileñas en la memoria, y ese amor tan especial que sentimos por los clásicos del grupo, por todas esas canciones que laten con la fuerza del auténtico rock bohemio y callejero; gamberro y nostálgico.

La verdad es que yo me lo creí, estaba convencido (o me conciencié en estarlo) de que se había acabado la historia, que al apagarse los focos se quedaba en sombras una parte de mi vida también.

En cambio no me sorprendió leer un día (antes de la pandemia) que Johnny Cifuentes tenía preparado material para volver, esta vez en solitario, a la carretera. Acogí la noticia con una sonrisa que seguro que resultó socarrona y pilla.

Cuando llegaron los adelantos comprobé que no iba a firmar el disco como Johnny Cifuentes o simplemente Johnny, seguía portando el título de Burning a modo de apellido. Pronto entendí que era lo más lógico, pues con las primeras notas de «Un duro invierno» dejaba claro que Johnny, pase lo que pase, no puede dejar de ser lo que es: Johnny Burning, el de los Burning.

«Hagámoslo» es el título del primer disco de Johnny Burning, y suena a lo que tiene que sonar: a Burning, a Johnny Cifuentes.

Acompañado de una quinta parte de la banda madre, Nico Álvarez, que se postula como escudero del de Chamberí, derramando el especial y expansivo sonido de su guitarra y coproduciendo el disco, recubriendo la voz sincera y cada vez más templada y cautivadora de Johnny con un sonido poblado de pasajes conocidos y queridos, con alusiones a la noche, al amor, a la nostalgia, a la canallesca y al rock and roll de verdad, el que se cuece en ciertosos garitos, cuando el sol está en el otro lado del mundo.

Johnny Burning
Johnny Burning

El disco evoca de manera incuestionable a las sensaciones que provocaban las últimas sacudidas de Burning, como si fuese la segunda parte (y esta vez si es buena) de aquél póstumo «Pura Sangre», con los vientos que se filtraban por la electricidad chisporroteante y febril de las guitarras de Nico, de Edu, de Pepe… en los últimos tiempos.

Pero con miradas a los Stones, siempre presentes en el corazón de todos los Burnings del mundo, y con la poética callejera y underground del tío Lou, que inspira los momentos más melancólicos y atribulados de la humanidad de Johnny y los suyos. Y por supuesto con la fidelidad eterna a la filosofía, debilidad y fortaleza de siempre, indeleble desde 1974, inagotable y todavía vibrante e ilusionada, escuchen sino «Alma negra».

En «Hagámoslo» Johnny se desangra durante más de seis minutos en los que sopla el hammond y los metales se arremolinan en torno a la tortuosa pero lírica sensación de soledad y vigilia que hace del tema un clásico instantáneo.

«Malas Tierras», «Adicción» (tema que pudiera participar del Bulevar de 1980) o «El diablo en el hoyo» tienen el sabor espirituoso y añejo propio de la historia musical de nuestro protagonista y dan carta de naturaleza a disco y autor.

Johnny se muestra pletórico de vitalidad y lo demuestra en «Sé como vivir (no como morir)» o «Cuando caiga la noche» en las que muestra las ganas que tiene de jaleo, y que transita con el depósito rebosante aún.

«Tal vez seas tú» suena a «No mires atrás» y «Eric» a «Regalos para mamá» pero con el poso de madurez y carácter recogido en el camino por un Johnny al que da gusto verle y reconocerle como lo que es: una auténtica leyenda del rock and rol patrio con un discurso, épica, lírica y sello propio, no todos pueden presumir de sinceridad y autenticidad como Johnny, quien por ser como es, no lo hace, pero podría.

Doy las gracias a Johnny Burning por hacer que sigamos tentiendo sueños de R’n’R.


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