Duquette Johnston - The Social Animals

Críticas Discos

Duquette Johnston vuelve con un disco grabado en 2017 pero publicado en 2022, en el momento justo.

…es por lo tanto uno de esos discos que llevan el verismo a límites de catarsis vital y confesión musical…

El nombre de Duquette Johnston puede no resultar demasiado familiar pero corresponde a todo un veterano de la escena musical estadounidense. Componente de Verbena, banda que no consiguió el éxito masivo en ninguno de los tres discos que publicó entre 1997 y 2003 pero que dejó un interesante legado con su grasiento sonido grunge-stoner, llegando incluso a girar con The Strokes y Foo Fighters.

Tras la finiquitación del proyecto Verbena, Johnston cae en el abismo como consecuencia de las adicciones, es arrestado por posesión de drogas y pasa una temporada ingresado en el Centro Correccional de Etowah. Vuele a su ciudad natal, Birmingham (Alabama) y monta el Club Duquette, una especie de tienda de ropa, galería de arte y sala de actuaciones que hoy goza de gran protagonismo en la vida artística de la ciudad.

Duquette Johnston

Tras ocho años sin grabar, «The Social Animals», título de esta vuelta a la actividad musical, es una especie de viaje a lo largo de la vida – salvaje e increíble, en palabras del propio autor – de Duquette. Trabajo gestado en parte bajo la preocupación debida a la grave enfermedad sufrida por su esposa tras un parto problemático.

En estas canciones se plasma el cambio de vida experimentado por Duquette, es por lo tanto uno de esos discos que llevan el verismo a límites de catarsis vital y confesión musical, que trasciende lo puramente artístico para ir más allá, hasta el terreno de lo carnal, de lo genésico.

En lo musical, se trata de un trabajo compuesto por diez canciones donde predominan los medios tiempos, con fina producción de John Agnello (Jay Farrar, Dinosaur Jr.) y un sonido polvoriento y brumoso de guitarras que se retuercen y orbitan sobre una noble base rítmica que conduce la voz, sincera y cercana, de Johnston por parajes melódicos elegíacos y renacentistas.

La esperanza se impone en muchos de los textos, sirva como ejemplo el tema de apertura titulado «Year to run».

Pero todo el disco está repleto de temas impactantes, con miradas a un rock humeante de guitarras que giran en lento remolino y coros precisos y que encajan en el momento justo, dotando de grandeza algunos momentos ciertamente intensos, sirvan «Whiskey and wine» o «Baby loves a mistery» como excelsos ejemplos de lo apuntado.

Lirismo, bohemia, poesía, homilía, redención… son algunas palabras que pueden asociarse a lo que se escucha en «The Social Animals». «Holy child» es otro instante pleno, donde la belleza y el crudo sonido de las guitarras se funden con una segunda voz que da carta de naturaleza a uno de los mejores temas del álbum, como también lo es la copla final, más luminosa y plenamente esperanzadora «Tonight».

En un plano más de ensoñación brillan con luz propia temas de ritmo lento como la doliente «Forgive me», la densa y opresiva «Mystics» o la simplemente hermosa «Motorcycles».

«The Social Animals» es un disco que busca la luz desde un entorno de tinieblas a las que los rayos del sol rompen en mil pedazos. Un retazo de vida que deja tras de sí lo vivido para centrarse en lo vivible, lo que queda tras nuestro paso por la tierra y eso queda plasmado en este ramillete de canciones que se sienten vivas e incisivas, que llegan y permanecen, que tenían que estar en el Exile.

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