Harvest Moon de Neil Young (1992)

Especiales Críticas Discos

Reseña del vigésimo primer álbum de Neil Young

Harvest Moon es un disco bálsamo, un remanso de paz ante la angustia existencial adolescente que dominaba la escena musical por aquel entonces, un milagro. Y con qué facilidad se movía de un registro a otro, de eléctrico a acústico, arrastrando con él a todo aquel que le siguiera, ese siempre fue uno de los grandes valores de Neil Young.

A principios del año pasado cumplía 50 años una de las obras capitales de Neil Young, el famoso Harvest del 72. Se editó su correspondiente y maravillosa caja. ¿Qué os voy a contar? Pero yo venía hoy por otro harvest que hace un par de meses cumplía la treintena, no tan vendido ni celebrado como aquel, pero por mi parte no menos querido.

Harvest Moon me tocó de una manera mucho más tajante por aquello de verlo salir a la luz y disfrutarlo en su momento, por el simple hecho de haber estado allí cuando Neil Young demostró que era muy grande a pesar de todo el movimiento juvenil musical de aquella década.

Vale! Soy de los 90’s. Sí, me repito muchísimo, pero es que fue una época acojonante y ahora todos aquellos discos que rondan la treintena se han convertido en lugares a los que volver para recuperar el aliento diario.

Que aquella década no solo la definen grupos como Nirvana, Pearl Jam, RATM, Alice In Chain, Blur, Oasis y tantos otros… Los noventa también fueron de otros grandes como REM, The Cure, Tom Petty y Johnny Cash.

Aquella fue la última década antes de que el monstruo de internet junto al efecto napster se cargara todo el tinglado. Cuando los grandes artistas de rock aún podían arrastrar masas tanto a los directos como a las tiendas de discos. Y es que los años 90 de Neil Young son la leche, para enmarcar. Y además contiene algunos de sus mejores discos como este Harvest Moon que vió la luz en 1992.

Neil Young en un directo en 1992

Soy de los que descubrió a Neil Young gracias a Rockin’ in the Free World, Ragged Glory y Weld. Neil Young empezaba la década pegando fuerte y a golpe de guitarras, adoraba y adoro estos discos seminales de mi amor por tito Young.

Y a su vez, Neil Young fue de los primeros que me acercaron al country, más incluso que Dylan. Y fue Harvest Moon el disco que obró tal milagro en cuanto a mis querencias musicales pues logró que empezara a abrir mi ángulo de visión a otros estilos que hasta entonces se alejaban de mis gustos siempre guitarreros. Supongo que como a mí, les sucedería a muchos más jóvenes con las hormonas desbocadas.

No me extenderé mucho en todas las circunstancias que rodean al disco, puesto que podréis encontrarlo fácilmente dado el calibre del artista. Pero si algo he de apuntar es que el hecho de reunir de nuevo al plantel que le acompañó en su famosa obra pretérita, aunque puede ejercer de excusa o coartada, incluso de leitmotiv para la edición de este disco, no puede negarse que no fue en vano y que las canciones hablan por sí solas de la grandeza de tal magna obra y de su autor.

Ben Keith, Linda Rondstad, Tim Drummond, Spooner Oldham, James Taylor… Solo escribir todos estos nombres juntos me pone los pelos de punta y como contaba, uno no puede más que sentirse afortunado y bendecido por haber vivido la edición de este disco en el que Neil Young les reunió de nuevo y con un disco tan enorme.

Este disco trata sobre hacer que las cosas duren, cómo mantener ese interés, cómo mantener el fuego encendido

Neil Young hablando de Harvest Moon
La vuelta a Harvest

Neil Young nos hace flotar en su particular dream-folk desde la inicial Unknown Legend que nos abre esta puerta mágica musical hacia un territorio idílico, donde la nostalgia te dibuja una sonrisa en la cara y los paisajes sonoros de la memoria son abiertos por una armónica rutilante, una de las grandes protagonistas de este disco. Nadie como él es capaz de tocarla de una manera tan sencilla, transparente y al mismo tiempo tan evocadora que puede transportarte cuando cierras los ojos.

No tocaría ninguna canción. Todas caen en el sitio. El tierno canto al amor de largo recorrido que es Harvest Moon que titula el disco es una de las más recordadas y quizás la que más brilla. Una favorita de la vida porque para mí nunca se ha expresado el amor con tal honestidad y humildad, más allá de los enamoramientos obsesivos de las canciones de amor chico-chica, mucho más allá del romanticismo de panfleto de tantas y tantas baladas, el amor del que habla Neil Young en esta canción es el amor desde el compromiso, de respeto y de estar ahí contra viento y marea. Una preciosidad.

Otra de ellas es From Hank to Hendrix, un sincero homenaje del canadiense a dos artistas que transformaron la manera de entender la música popular, cada uno en su estilo y a estas alturas ya los conocéis de sobra, pero además ¿Qué otro título podría definir mejor a Neil Young que este? nadie como él ha sabido equilibrar en una discografía los sonidos eléctricos, con la suavidad de los acústicos.

Y es que Neil Young también me enseñó que no hace falta agujerearse la cara con un imperdible, ni tener el ampli de la guitarra al 10 para ser combativo, ni lucir un tatuale amenazador desde tu brazo, en su línea y en una de sus facetas reivindicativas tenemos la fabulosa War of Man y la ecologista y necesaria Natural Beauty. Oh! Tito Young, no deberías morir nunca, nuestro eterno hippie, quien nunca dejó de creer que es preciso denunciar las injusticias, da igual tu posición, si eres un punki o un reconocido cantautor.

Podría tirarme aquí dándole a la tecla todo el día canción tras canción, no hay desperdicio en este disco que cada vez que vuelvo a él me emociona como el primer día. Elijan la que quieran. La grácil One of These Days, la sincera declaración de amor Such a Woman, el fantástico country Old King, o la nunca suficientemente valorada Dreamin’ Man llevada a otro nivel a través de las armonías vocales, y que además daría título al disco en directo muestra de la gira en solitario, solo con su guitarra, de aquel mismo año.

Algunos discos quedaron enmarcados en la época que los vió nacer, otros permanecen atemporales, siempre frescos, como Harvest Moon. Un disco bálsamo, un remanso de paz ante la angustia existencial adolescente que dominaba la escena musical por aquel entonces, un milagro. Y con qué facilidad se movía de un registro a otro, de eléctrico a acústico, arrastrando con él a todo aquel que le siguiera, ese siempre fue uno de los grandes valores de Neil Young.

Pero es que, además, que grande por su parte que después de casi 3 décadas entregara uno de los mejores discos de su carrera musical. Aún hoy me erizan la piel las canciones que contiene, y por supuesto no me iba a quedar sin colgar la portada de este maravilloso disco en este exilio musical en su 30 aniversario.

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11 comentarios

  1. El primer disco que me compré de Neil fue ¡Trans! y, aunque me sorprendió como a todo el mundo, lo disfruté muchísimo. Creo que había en ese disco grandes melodías, y si Young les hubiese aplicado el tratamiento habitual de los Crazy Horse (o de los Stray Gators), hubieran brillado muchísimo. De todos modos, incluía Like an Inca y A little thing called love, joyas ocultas de su cancionero, sin sintetizadores . Obviamente, Freedom y -sobre todo- Ragged Glory me entusiasmaron. Y, desde ese momento, empecé a coleccionar toda su discografía clásica. El último álbum que me parece imprescindible de él es Psychedelic Pill, aunque sus álbumes siempre contienen alguna que otra gema.

    1. Pues opino igual que tú. Veo Psychedelic Pill como su último gran disco hasta la fecha. Tal vez World Record tiene momentos que lo iguala. Pues escucharé Trans, porque es un disco que siempre me dejé de lado. Un saludo y gracias por tu comentario Jose Ramón.

  2. Estupenda retrospectiva. Me fascina Neil, ya lo sabes. Aunque en los últimos años es imposible seguirle el rastro al detalle. Harvest Moon es sencillamente belleza. Un creador dando lo mejor de si mismo para crear belleza. Y eso está al alcance de muy pocos.

    1. Gracias Héctor. A mi también me fascina, y de los últimos años lo intento y en algunos momentos logra mostrar su grandeza. Como bien dices, en una palabra: belleza. Gracias de nuevo por pasarte.

  3. Un disco fuera de ránking. Es un 11. Los 90 eran inabarcables I agree. Alternativos, indies, grunges … y Neil se saca esta belleza cristalina. Valor añadido a cuenta del mejor de los mejores ….

  4. No hay nadie que supere la música de Neil Young… También lo descubrí con el Freedom, WELD, Ragged Glory… Y me cambió… para siempre… Hay un directo interpretando las canciones de Harvest Moon en solitario antes de salir el disco.. Dreamin’ Man. Live ’92… Exquisito.

  5. Mi iniciación al mundo Neil Young fue con Harvest gracias a un amigo y de ese disco, en concreto la canción Heart of Gold me convirtió al folk-rock, y de ahí al Nuevo Rock Americano de los 80’s y de ahí a……..y sigo enganchado a cada cosa que hace y a toda su influencia. A lo mejor Ragged Glory fue lo que en los 90 más me gustó de él.

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