Great Lake Swimmers – Uncertain Country (2023)

Discos Críticas

Tony Dekker lleva a Great Lake Swimmers a uno de sus mejores momentos con su octavo disco

Great Lake Swimmers consiguen volver a emocionar como hacía tiempo, una vuelta que percibo como una nueva juventud, otro reinicio de cero. Un punto de partida con mayor vigor y convencimiento…

Great Lake Swimmers es uno es uno de esos grupos a los que siempre espero y que de alguna manera han entrado a formar parte del mapamundi que dibuja mis querencias musicales desde el primer momento que los escuché. Es algo muy sutil y difícil de explicar. Conectan con mi psyche de una manera más directa. Además amo sus 4 primeros discos, sobre todo Bodies and Minds y Ongiara.

Llegaron antes que Fleet Foxes, antes que Band Of Horses y antes que Bon Iver. Y aunque nunca se les reconoció recogían tan bien como el mejor el relevo del folk-rock pastoral de los dos primeros discos de My Morning Jacket, aportando una mirada personal y no tan habitual en ese momento.

A partir de New Wild Everywhere, Great Lake Swimmers dejaron de tener la misma relevancia dentro de la actualidad musical del mundillo alternativo. Quizás porque hacía tiempo que el factor sorpresa desapareció o quien sabe si porque no existe un patrón de periodicidad en la edición de sus discos. En cualquiera de los casos y a pesar del tiempo transcurrido, después de 20 años continúan en activo sacando discos de alta calidad. Así que es una alegría la edición de este nuevo disco titulado Uncertain Country.

Empecé a escucharlo con gusto y desde la comodidad de quien se encuentra como en casa. También con cierto escepticismo pensando que ya no volverían a sacudirme como lo hicieron con aquellos primeros discos. Y la verdad es que he quedado impresionado con el nivel de estas nuevas composiciones que bajo mi punto de vista los devuelve a su mejor momento.

No es que no me gustara su anterior The Waves, The Wake de hace 5 años, en el que apostaron por unos arreglos más orquestales y trabajados en muchas de las canciones, Tony Dekker quería huir de las formas habituales del folk, y la verdad es que el experimento le funcionó bastante bien. De todas maneras, volvió a editar el mismo disco en acústico y sinceramente, me gustó mucho más. Eso lo dice todo.

Tony Dekker y los suyos de ruta por los lagos canadienses.

Me refiero a que Great Lake Swimmers consiguen volver a emocionar como hacía tiempo, una vuelta que percibo como una nueva juventud, otro reinicio de cero. Un punto de partida con mayor vigor y convencimiento. Según comenta el propio Tony Dekker, en este disco se notan mucho más las influencias de los grupos que más le tocaron en los 90, Teenage Fanclub, Galaxie 500 y Buffalo Tom. Y yo no le voy a quitar la razón, aunque lo de los Fanclub lo veo poco, eso si, no pierden la identidad de siempre con su sonido folk-rock expansivo de amplios espacios.

Aunque no se trata solo de la instrumentación elegida, ni la producción, sino también de la motivación que hay detrás. Tony Dekker explica en su página que el álbum se inició con un viaje inmersivo de 10 días por diferentes localizaciones en la costa norte de Lake Superior en el que fue contando con diferentes colaboradores y fue… – empapándose de la belleza de los paisajes y aprendiendo las historias de las personas que los han habitado desde tiempos inmemoriales -.

…capaz de despegarte de tu plano existencial al menos durante los momentos de su escucha atenta, es pura contemplación sonora.

Como contrapunto y tal como adelanta el título Uncertain Country, sin ser la total protagonista, la sensación de incertidumbre sirve de hilo conductor a lo largo de las canciones, además de ser influenciado por todos los cambios sufridos en los últimos años, pandemia incluida. Y como era de esperar dada la naturaleza de las grabaciones, la preocupación por el cambio climático y por la conservación de nuestros entornos naturales quedan patentes a lo largo de las canciones.

Con el arranque de Uncertain Country, Great Lake Swimmers abren el ángulo con nervio épico, cosa que de entrada marca unas de las principales novedades en cuanto al sonido y tempo del disco. Y canciones como When The Storm Has Passed, Swimming Like Flying y Riverine sirven de buena muestra de su esencia folk-rock menos contemplativa.

Una de las tonadas más boniquérrimas del lote es la tranquila y a ralentí I Tried to Reach You, arte en el que Great Lake Swimmers son maestros, canción capaz de despegarte de tu plano existencial al menos durante los momentos de su escucha atenta, es pura contemplación sonora, como siempre los ambientes musicales que construyen continúan siendo el mejor bálsamo para todos los males de la vida cotidiana.

Otro de mis momentos favoritos es Moonlight, Stay Above acompañada por un órgano y con unos coros gospel que la elevan a la primera categoría. Una auténtica joya, una maravilla, canción a marcar en el cancionero de Great Lake Swimmers y de paso en el anual. Apuntar que este disco no rompe del todo con su anterior trabajo, es más, se sirve de la experiencia de los arreglos más orquestales en las tonadas Quiet Before the Storm y Am I Floating in the Air. En ocasiones las canciones vienen precedidas de un pequeño preludio unas veces, otras como una entrada en falso que logra dar un aire más orgánico y artesanal al sonido del disco.

Great Lake Swimmers en plena forma

Incluso en ocasiones Tony Dekker lleva a Great Lake Swimmers hacia las cuotas de calidad del Damien Jurado de las obras conceptuales con tonadas como Promise of Spring y fácilmente recuerda a los mejores Band Of Horses en otras como Respect for All Living Things y Flight Paths. Sinceramente, un disco muy compacto y de una calidad general encomiable.

Siempre me ha encantado la escritura de Tony Dekker. Con el paso del tiempo, ha logrado refinar sus letras y crear, junto con su música, auténticas catedrales sonoras que evocan emociones y sentimientos en imágenes claras. Sus composiciones evitan lo obvio y buscan la sutileza de las situaciones, siempre reflejando la majestuosidad de los grandes escenarios naturales presentes en sus canciones.

Con Uncertain Country, Great Lake Swimmers vuelve a pulsar la tecla correcta para ofrecer un disco que más allá de saciar al fan incondicional, debería acercar a todo aquel que simplemente quiere encontrarse un disco bien hecho, redondo en el fondo y en las formas, un trabajo que te arropa, que te habla con transparencia de tú a tú, y que por supuesto entra como la seda. Muy recomendable y destacado para amantes del folk-rock de nuevo siglo, la tonada pastoral y la escucha contemplativa.


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