Discos Críticas

Reseña y crítica sobre Ramada Inn y el Ep ‘Real Tree’.

… ahí está el influjo del Dylan más eléctrico o del tito Neil con Crazy Horse, pero en esa encrucijada renovadora que busca respuestas hay conexiones con Daniel Romano en su vertiente más energética…

Habían ganas, muchas ganas de comprobar la evolución del (ahora) trío guipuzcoano de Oñati, máxime teniendo en cuenta las óptimas sensaciones que nos dejaron el pasado año con el impecable y terapéutico Pills For Horses.

A la vista (o mejor dicho, al oído) de la media docena de canciones que componen ‘Real Tree’, se confirma Ramada Inn como una de las jóvenes bandas con mejores expectativas y mayor proyección, al menos entre las escasas propuestas juveniles que, dentro de la geografía peninsular, le tocan la fibra sensible al que suscribe.

La idiosincrasia de las composiciones de Juan Valls (guitarra y voz) en este trabajo discográfico hallan una inmejorable escolta con Ander Etxaniz (bajo) y Mikel Marco (batería), algo que se nota desde el primer instante en «Draw Me a Line», reveladora cantinela donde la inspiración más lúcida para delimitar lo que es bueno o malo puede llegar bebiendo o fumando un canutillo. En esa línea, cual si fuera una proclama pacifista, de rock lisérgico y amor libre, acaso con algún guiño a los Grateful Dead, se desenvuelve «Violence Round the Edge of Her Mouth».

ramada inn real tree

A partir del mentado y certero dardo anterior de poco más de dos minutos de duración, se suceden las melodías rápidas y concisas, incluido esa especie de interludio instrumental que es «Wild Goose Chase». Por supuesto, resulta bastante obvio que ahí está el influjo del Dylan más eléctrico o del tito Neil con Crazy Horse, pero en esa encrucijada renovadora que busca respuestas hay conexiones con Daniel Romano en su vertiente más energética, como por ejemplo en «Burden of Dreams».

La desesperación, junto a un espíritu crítico sobre el sistema, se materializa en el fenomenal «Tell a Vision» que sirvió de anticipo para, finalmente, sorprender en un descenso de decibelios con la balada «Tenderness Round the Edge of Her Mouth», todo ternura y actitud dentro de un perfecto ensamblado. Hasta incluso la portada tosca y ruda de Maite Choya con la idea y la pieza de cerámica de Estel Falgàs permite dar mayor dimensión homogénea y compacta a un grupo musical real y auténtico, que sigue sumando y creciendo.


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