
The Chameleons vuelve con un nuevo disco titulado «Arctic moon» veinticinco años después de su último Lp.
…almacena algunos momentos brillantes, algunas melodías suntuosas y bellas, más bucólico que oscuro y más cristalino que humeante…
Prácticamente un cuarto de siglo después de «Why call it anything», último larga duración de la banda de Manchester The Chameleons llega «Arctic moon».
No supone ninguna sorpresa esta vuelta discográfica, el grupo llevaba años girando con Mark Burgess a los mandos, demostrando encontrarse en espléndia forma física y vocal. Cuando en 2023 se unió a la gira el guitarrista de los primeros años del grupo Reg Smithies, algo debió florecer entre ambos y tras algunos singles a modo de adelanto – que anunciamos en el Exile en su momento – como «Where are you» (pinchar) y «Saviours are a dangerous thing» (pinchar), finalmente llega «Arctic moon» con un añadido de cinco cortes más a los dos ya señalados.
¿Es «Arctic moon» un disco digno de la marca The Chameleons?… Esta es siempre la pregunta del millón cuando de un lanzamiento que llega tras décadas de silencio discográfico se trata, y más si el protagonista es un grupo tan circunscrito a un momento histórico/musical tan concreto, y con un sonido ceñido a un estilo – el post punk – tan específico.

Y del estilo vamos a hablar: ¿Es post punk lo que suena en «Arctic moon»?… En principio no sé hasta qué punto es importante esta pregunta, pero si alguien espera escuchar aquellos sonidos lúgubres, aquellas atmósferas claustrofóbicas, aquellos aullidos desesperados y plenos de agonía existencial, aquellos bajos borboteantes, aquél entorno oscuro, viscoso, como una película existencialista de Murnau, que se vaya olvidando de encontrarlo en este disco.
El año pasado hablaba de «Romance», el último (y exitoso) disco de los irlandeses Fontaines D.C. (reseña), intentaba articular una reseña dejando claro que el contenido del disco era, en el mejor de los casos, un trampantojo donde la trampa era el post-punk y el antojo el pop, elegante y de exacta factura, pero pop, no post-punk.
Apliquen este principio a «Arctic moon» y obtendrán mi opinión a propósito de lo que escuchamos en este retorno discográfico de The Chameleons. Cierto que salpican el sonido con detalles referidos al género inciático y durante cuatro décadas adjudicado a la formación de Manchester, pero esa es la trampa, o si lo prefieren, el hilo conductor con el que pretenden conectar con un pasado que sin duda esperan recuperar en estas canciones gran parte de los que hoy pueden (podemos) estar interesados en The Chameleons.
¿Actualización de criterios sónicos o estilísticos?… Posiblemente. ¿Con qué objeto?… Me imagino que con el de facturar un producto con salida comercial en este siglo XXI sin descalabrar el legado de una banda, que si bien no fue nunca un primer espada en lo comercial, sí que fue una formación mucho más que respetada dentro del post-punk, desfilando durante aquellos ochenta en el batallón de los elegidos para la gloria.
Que nadie me entienda mal, no es un mal disco «Arctic moon», de hecho almacena algunos momentos brillantes, algunas melodías suntuosas y bellas, más bucólico que oscuro y más cristalino que neblinoso, pero con la voz de Burgess sonando a las mil maravillas, romántica y poética, con proyección y unos agudos exquisitos, sin el dramatismo de antaño pero con una expresividad plena.
Las guitarras arrastran elegantes arpegios y exaltados quejidos, el bajo de Burgess no tiene aquella cualidad gelatinosa pero se deja oir y marca la pauta en muchas canciones.
Por supuesto el disco nos habla en un tono melancólico y nostálgico, pero no pesaroso. Incluye un bonito (aunque excesivamente largo) homenaje a David Bowie en «David Bowie takes my hand»; «Lady Strange» es un pop vital y disfrutable; «Feels like the end of the world» es un tema de vieja factura, presa del trampantojo que antes comentaba; «Free me» es un corte con textura glam que recuerda a Bowie y «Magnolia» es el momento más sombrío del lote.
Refinado, exacto y con buenas canciones, minuciosamente producido por Matt Mitchell y perfectamente válido para alargar el histórico musical de The Chameleons sin deteriorar su importancia, un correcto retorno que marca los nuevos tiempos, nuevos sonidos y viejos recuerdos de un grupo importante que vuelve, nos quedamos con eso.
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