Jethro Tull Aqualung 50 aniversario

Críticas Discos Especiales

50 aniversario del mítico cuarto disco de la banda británica Jethro Tull liderada por Ian Anderson, Aqualung. Obra maestra del rock, POM absoluta

No creo equivocarme demasiado al afirmar que los mejores años de la denominada música popular, sobre todo si hablamos de rock y de todo aquello que lo rodea fueron la década que transcurre de 1966 a 1975. Y si queremos rizar todavía más el rizo, se me antoja decir que 1971 es el año. Muchos de aquellos discos de la citada añada son nuestros favoritos, en mi caso muchos de ellos, y esos, justo ahora, cumplen cincuenta añazos sonando memorables, tan frescos, adictivos e influyentes como entonces…

… «What’s going on», «Led Zeppelin IV», «Who’s Next», «Blue», «Tapestry», «Sticky Fingers», «L.A.Woman», «Imagine» y «Hunky Dory» por poner ejemplos de favoritos personales que cumplen medio siglo, pero podríamos nombrar cualquiera de nosotros, en diferente orden de preferencia, dos decenas más de ellos, imprescindibles y necesarios. Uno de esos discos de 1971 que me marcó profundamente fue esa obra mayor que responde por «Aqualung». Posiblemente el mejor disco de la banda de Anderson, sin duda aquel que les dio máxima visibilidad y estatus rocanrolero.

Me declaro fan absoluto de Jethro Tull. Su extraordinario debut «This Was» me embrujó aunque estaba lejos del sonido que más adelante les haría característicos. Ese sonido se fue cociendo a fuego lento en obras imprescindibles como «Stand Up» (69) y «Benefit» (70), hasta llegar al disco cumpleañero que hoy nos ocupa, esa Puta Obra Maestra que sin duda es «Aqualung» (71). Con «Thick as a Brick» (72) que es su apoteosis creativa tocaron el cielo, y así fueron llegando joya tras joya hasta, tal vez, la dupla formada por «Songs from the wood» y «Heavy horses» en 1977 y 1978 respectivamente.

Después de eso, nada sería igual, posiblemente acaparen más luces que sombras. Cumpliendo esa máxima que hablan de los ochenta como una década dañina para leyendas cretácicas del rock. Lo entregado a partir de entonces, salvo contadas excepciones, no estaría al nivel e incluso podríamos decir que discos como «A» (80) producen vergüenza ajena, aunque como siempre tenga sus fans acérrimos, provocando que muchos de los seguidores de los Tull lo lleven, como las hemorroides, en secreto. 

Para bien o para mal la banda de Ian Anderson tiene un sonido muy particular, un sonido propio que les define y caracteriza, y de ahí no les vamos a sacar (ni falta que nos hace) pues cuando ellos mismos se salen del guión, con perdón, la cagan. La etiqueta de rock progresivo, la flauta, la forma circular de componer de Anderson, sus manías y neuras, los cambios de formación, etc, etc… no son plato fácil, pero sin duda si por algún disco se tiene que empezar es por el disco por el cual todo bicho viviente debe recordarlos:»Aqualung».

En España, ese monárquico país de bellota en el que vivimos, «Aqualung» fue uno de los discos recortados por la censura en su día. Era la época del Caudillo, ese señor bajito de voz extraña y de «centro» que dicen algunos, y aunque sólo sabía tres palabras en inglés, si detectaba algo en la portada o contraportada inadecuado sacaba sin dudar la tijera (acuérdense del cambio de portada del «Sticky» Stoniano, el paquetón de Jagger no le ponía..).

Precisamente este disco sufrió una amputación devastadora. Como muchos terrícolas de este país, yo poseo el vinilo original español (vale, y unas 5 ediciones en formatos diferentes, deluxes y más mandangas..) y allí, en esa perlita, no está «Locomotive breath». Incomprensible y brutal pérdida, pues si el Caudillo y sus secuaces hubieran entendido el idioma de Shakespeare el disco no hubiese visto la luz de principio a fin en la península ya que su temática (anti)religiosa es demoledora. Concretamente, en el tema «Aqualung» se habla de un mendigo alcohólico y pedófilo, en «Cross-eyed Mary».. la María de siempre no es virgen, sino una prostituta bizca, o en el mítico «My God» hay ensañamiento para creyentes.

La víctima fue el temazo absoluto «Locomotive Breath», sustituido por la menor e insulsa «Glory Row» que desentona un poco aunque desde luego no es mala canción. De aquellas sesiones salieron otras canciones que por una u otra razón fueron descartadas pero que fueron apareciendo a posteriori en otras ediciones como «Like your fingers clean» (que apareció modificada en 1974 en el disco War Child y otras compilaciones varias) y «Wondring again» (en Living in the Past). La sola idea de un disco doble… puede sobreexcitarnos pero tuvimos lo que tuvimos, y ya fue grandioso, no nos engañemos.

El festín de Aqualung... la última cena...
El festín de Aqualung… la última cena…

Centrándonos ya en el disco y pasados lo años… «Aqualung» fue un gigantesco punto de inflexión para la banda de Ian Anderson, un nuevo y brillante comienzo. La formación sufría constantes cambios. Fue, por ejemplo, el último disco del batería Clive Bunker, y llegaron justo en este momento John Evan (como miembro oficial) y el bajista Jeffrey Hammond; estaba Martin Barre y David Palmer quién años más tarde llegada su jubilación decidió convertirse en Dee Palmer y abrazar la transexualidad.

Curiosidad y chismorreos rosas a un lado, el disco se centra en la temática Religión/Dios, y ha sido su disco con mayor éxito en cuanto a ventas. Poca broma. En él encontraremos rocanrol de toda la vida plagado de riffs infecciosos como los de «Locomotive Breath», «Wind up» y «Aqualung» o maravillas acústicas que como bien se dice beben descaradamente de Ben Jansch o Roy Harper, hablo de pequeñas joyas como «Cheap day Return», «Wondring aloud» o «Slipstream», favoritas absolutas para un servidor.

«Aqualung» es una muestra de ese rock progresivo de los años setenta, tanto en su icónica portada con ese vagabundo inspirado en fotografías de la mujer de Ian Anderson, Jennie Franks, como por su temática global, algunas canciones de alto minutaje y dos caras bastante diferenciadas, donde en la primera se habla de la espiritualidad del hombre y en la segunda hay un pequeño ataque a la religión y su business. Además, es imposible no destacar el trabajo de Martin Barre, simplemente acojonante.

… Sitting on a Park Bench…

El riff mítico de «Aqualung» abre de manera espeluznante el disco, y nos deja ya tocados, deslumbrados, aturdidos. Temón de la historia del rocanrol, por su letra pedófila, su riff atronador y su solo de guitarra. Partes de puro rocanrol con partes tranquilas megáfono en mano y otras totalmente encabronadas. Un clásico en mayúsculas que presenta ya una particular forma de componer de Anderson, con estrofas que se repiten circularmente, y la combinación de electricidad con momentos más acústicos. Una POM indiscutible.

La intro a la flauta de Cross-eyed Mary es de las que marcan época. El ritmo va cogiendo fuerza, y la flauta va perdiendo la vergüenza hasta conseguir estallar y dar inicio a la canción. Un lujo. Una maravilla. Otro clásico…. «Cheap day return» forma parte de esas pequeñas maravillas acústicas del disco, de poca duración pero de belleza gigantesca. «Mother goose» es el ejemplo claro de lo que es Jethro Tull. Riffs, flauta, teatralidad, voz fenomenal y letra con segundas. Eso son los Tull, nada más y nada menos.

La maravillosa «Wondring aloud» es la siguiente en aparecer en escena, otro tema acústico delicioso y bello, muy folki él, muy bonico del to. Delicatessen a la enésima potencia. Nada que decir, sólo comprobar que sigue apareciendo la piel de gallina al escucharlo. Cierra la primera cara el divertido e irónico tema «Up to me», puro folk-rock divertido y desvergonzado que hace honor a su época, una extraña mezcla entre Donovan y LedZep… una maravilla… y un Barre en estado de gracia.

Jethro Tull - In the shuffling madness
Aqualung / Jethro Tull – In the shuffling madness

Abriendo la cara B nos encontramos con ese brutal «My God» que quita el aliento. Siete minutazos de sobresaliente rocanrol, de POM absoluta, de mágico rock progresivo. Un temón inconmensurable por el que vale la pena no sólo un disco sino toda una banda, toda una carrera. La flauta desbanca a los riffs de guitarra con su tono celestial y su maravillosa melodía a la que acompañan unos memorables coros. Imprescindible aquí en la Tierra como en el Cielo. Amén. «Hymn 43» sigue electrificando el tono general del disco hasta que «Slipstream» vuelve a regalarnos un minutito folki delicioso antes de la tormenta.

«Locomotive Breath» contiene, tal vez, la mejor intro de una canción de rocanrol de la historia (ahí queda eso): flauta, piano desbocado, guitarra eléctrica aullando, y todo cada vez a más velocidad hasta que aparece el mítico riff y un Anderson cantando como el mismísimo diablo. Brutal. Para cerrar el disco original nos encontramos con «Wind Up», otro tema largo que combina a la perfección lo acústico con lo eléctrico, lento y bonico del to de inicio, casi susurrante, y que avanza hasta un clímax explosivo con un Martin Barre demoledor a la guitarra.

El disco termina con esta descomunal canción (bonus tracks a un lado) que nos deja con ganas de más. Estamos ante un disco mítico, inigualable, una auténtica e indiscutible POM de su género y de una banda con un estilo propio, muy suya, y no apta para todos los paladares pero con una discografía, al menos hasta 1978 para enmarcar, y lógicamente el cincuentero «Aqualung» es uno de esos discos que deben tenerse en cuenta cuando hablamos de lo mejor entre lo mejor, de lo indispensable. 

… he’s not the kind you have to wind up on Sundays…

Jethro Tull – «Aqualung» (1971)

aqualung
Jethro Tull

01.- Aqualung/ 02.- Cross-Eyed Mary/ 03.- Cheap Day Return/ 04.- Mother Goose/ 05.- Wond´ring Aloud/ 06.- Up to Me/ 07.- My God/ 08. Hymn 43/ 09.- Slipstream/ 10.- Locomotive Breath/ 11.- Wind-Up.


5 respuestas

  1. Tengo la versión inglesa, recuerdo de ir a buscarla a Mollet del Valles, donde un amante de la buena música, se dedicaba a importarlos y venderlos. De vuelta a casa se jodio el 600 de un colega y todos tirados volviendo en bus. Gran disco y grandes recuerdos y si…. el señor de la vocecita nos jodio en mas de un disco. Salud

  2. Mi primer concierto en el 73. Interptetaron este «Locomotive Breath», para mi uno de los mejores cortes de este sensacional disco. Lo compré en Londres un año después. Inolvidables.

  3. Pasan los años y sigo escuchando esto con asombro. Desde los doce años, mi hermanos mayores me fueron embrujado con la música de los 60-70…hasta hoy. No me canso, la piel de gallina cada vez. La voz de Anderson embelesa, la guitarra acústica, la flauta, los trallazos de Barre… Míticos.

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