Chuck Prophet en Bilbao

Conciertos

Chuck Prophet volvió a Bilbao con sombrero y sonrisa, cumbia, rock and roll y mucha vida.

No toca hoy redundar en el motivo que ha llevado al músico estadounidense Chuck Prophet a interesarse por los sonidos de la Cumbia, para ello les sugiero visitar la entrevista que con el autor de «Temple Beautiful» mantuvo hace unos días nuestro compañero Juanjo Mestre (pinchar) o en su defecto, consultar la reseña que sobre su último álbum «Wake the Dead» publicamos el pasado 29 de octubre (reseña).

Y es que «Wake the Dead» es un álbum impregnado por los sonidos del multicultural género caribeño, y lo que toca en el tour ibérico, que ayer comenzó en el Kafe Antzokia de la capital bilbaína, es precisamente presentar ante el público español las canciones de este disco sonando tal y como han sido registradas en el estudio.

Y para conseguir este propósito, Prophet se ha rodeado de una banda denominada His Cumbia Shoes, que con su saber hacer logra sobradamente este objetivo.

No las tenía todas conmigo, no les voy a engañar. No soy muy proclive a los sonidos caribeños, salseros o latinos, pero es de recibo admitir que Chuck Prophet & His Cumbia Shoes logran, no solo dejar bocas abiertas de admiración, sino también callar algunas que especulan sobre resultados artísticos antes de tiempo.

Sin difuminar el núcleo sónico habitual en el californiano, pero dejando claro ante qué estado sónico y estilístico se encuentra Prophet en este momento, los profesores que se auparon al escenario del Antzoki consiguieron fusionar la cumbia con el rock que acostumbra a practicar Chuck Prophet sin que fisura, desnivel o cambio de rasante sonoro alguno pueda molestar o extrañar a nadie. La palabra es cohesión estilística.

Y con este criterio sobre la mesa, el resto era disfrutar de las canciones que ofreció el grupo, que comenzó dejando claros los conceptos con el «C’mon Everybody» de Cochran, ya pasado por el tamiz sónico comentado.

Y como tocaba presentar disco, la mayor parte del pastel se lo llevaron las canciones de «Wake the Dead», que fue minuciosamente desgranado con la puesta de largo de «Same Old Crime», «Wake the Dead», «Betty’s Song», «Give The Boys a Kiss», «Sally Was a Cop» (con el público en los coros), «One Lie form Me, One for You», «In the Shadows (For Elon)», «Sugar Into Water», uno de los momentos más especiales con «First Came The Thunder» y «It’s a Good Day to Be Alive». Esto es presentar un disco, tener fe en él y hacerlo protagonista de la noche.

Pero no solo había sitio en el show de Prophet para las últimas canciones, alternativamente recordó temas de otros álbumes como «Wish Me Luck» y la flamígera «Ford Econoline» de «Night Surfer» (reseña); «The Left Hand and The Right Hand» de mi siempre preferido «Temple Beautiful» (reseña); del elepé de 2017 «Bobby Fulled Died For Your Sins» (reseña) nos ofrecieron «Jesus Was a Social Drinker» y «Killing Machine»; otra favorita personal como «You Did (Bomp Shooby Dooby Bomp)» extraída del más antiguo «Age of Miracles», para terminar por todo lo alto y con la fiesta ya desatada con el super hit «Wooly Bully» sobre el original de Sam The Sham & The Pharaohs.

Si algo nos quedó claro a los que ayer asistimos al concierto de Chuck Prophet – o al menos me quedó claro a mi – es que hay que celebrar la vida, con las armas y excusas que tengamos a mano, con la esperanza como estilete y la música como guía, sin olvidar el espacio humano que todos albergamos y con la felicidad como algo más que una quimera romántica. Seguimos vistiéndonos de rock and roll.


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